Existía un reino en un lugar remoto, de un continente, en un planeta llamado Tierra, donde la gente disfrutaba de un rey justo y generoso, gente feliz porque había abundancia en todo sentido.

La tranquilidad se vio interrumpida por la amenaza de una invasión de personajes forajidos. El rey reúne a sus consejeros para escuchar qué hacer para proteger a su pueblo y mientras estaban reunidos reflexionando, pasó un hombre mayor que había servido no solo al rey, sino a su padre, que también había sido un rey justo.

El rey procede a pedirle su opinión, a lo que él le entregó un anillo en forma de cajita y le dijo que solo la abriera en un momento de desesperación.

Efectivamente, el reino fue invadido y el pueblo con su rey tuvieron que buscar refugio en los bosques cercanos. En la noche, cuando el rey estaba siendo perseguido por hombres a caballo, él decide abrir la caja y encontró un pequeño escrito que decía: “esto también pasará”. Días después los invasores se marcharon y la gente con su rey volvieron a ocupar sus casas y sus cultivos, todo volvió a la normalidad. Sentado a la mesa con los suyos, pasó el sirviente y le entregó nuevamente un pequeño papel con un escrito que decía: “Esto también va a pasar”.

Moraleja: nada es permanente en este universo, las cosas vienen y así mismo se van, nada está garantizado.

Las preocupaciones deben ser cambiadas por ocupaciones, ocuparnos en ser mejores seres humanos, sin tanta quejadera y ponernos al servicio de los demás, construir ‘un reino’ un nuevo orden donde dejemos atrás tanta polaridad.

Me llega a la mente otra parábola: Dos monjes se disponían a cruzar un río. Al lado, una mujer también se alistaba para hacerlo, pero el río era muy profundo, uno de los monjes la cargo y la pasó a la otra orilla. En el camino, el otro monje le preguntó por qué hizo eso si para ellos estaba prohibido tocar a una mujer, a lo que respondió: “Yo ya la solté en la orilla, tú la sigues cargando”.

¿Es tiempo de reconciliación, es tiempo de ‘dejar atrás’ los juicios y aprender a respetar las diferencias, es ya o es ya, que todo esto que está pasando, que nos puede llevar a una gran guerra, nos muestre, no lo que otros hacen, sino a qué vinimos nosotros a este planeta, ¿a quejarnos o a construir?

Las diferencias son parte de todo en la vida y el respeto a ellas es esencial para la sana convivencia, cuando vayamos a decir algo y copiar algo en la red pensemos: Es bueno para mí, es bueno para otros, va a ayudar o va a generar más caos. “Azi Mazare Busiminchanoa”, en lengua Arahuaca, ¡que todo esté bien contigo y todas tus relaciones!