Empecemos por precisar cuál es la definición técnica de recesión económica: es el decrecimiento de la actividad económica durante dos trimestres consecutivos, sobre la tasa de variación del Producto Interno Bruto, PIB. En pocas palabras la actividad económica se reduce, disminuye el consumo, la inversión y aumenta el desempleo.
Para poder hacer un análisis objetivo de la recesión debemos analizar primero que todo, qué tan colapsada está la economía de Estados Unidos y Europa: Robinia, un experto economista, asegura “que se avecina una grave crisis financiera proveniente de la inflación de los Estados Unidos (9% anual) y además los precios están subiendo más allá de los salarios”. El gobierno norteamericano está contrarrestando con mayor obra pública y por ello hoy se tiene un crecimiento positivo del PIB y una disminución en el desempleo. Sin embargo, el desempeño de la bolsa no es positivo debido a las expectativas negativas que hay del petróleo y del mismo costo de vida.
En el caso colombiano el presidente Petro trata de aplicar, no de la mejor manera, la teoría de Mariana Mazzucato, según la cual hay cinco dimensiones para obtener una política económica progresista:
1. Lo que se necesita es una clara inversión colectiva que busque el bien común, y donde el Estado tenga una condición de inversionista y no solo de prestamista.
2. Innovación, ciencia y tecnología, con el apoyo gubernamental.
3. Green Deal, es decir un nuevo contrato social para una transición verde.
4. Aprovechar las estructuras institucionales para la creación de riqueza como lo es el Banco Agrario, Fiduagrario y Finagro.
5. Tener una política económica inspiradora o sea, mejorar la calidad de vida y que la gente se sienta feliz y con oportunidades (vivir sabroso).
En el congreso de Acopi, el presidente Gustavo Petro afirmó que “la recesión está a la vista”, una declaración que no es la más oportuna. Y le echó la culpa al Banco de la República por haber subido la tasa de interés y “ser la correa de transmisión de la recesión mundial al interior de la economía colombiana”.
En Colombia la desaceleración puede ser aún más fuerte que en el mundo. Este año el PIB crecerá el 7,6% y para el 2023 se estima sea de 1% o menos y lo peor es que los ingresos tributarios caerían entre 1,2 y 2,3 puntos. Para el año entrante no solo habrá desaceleración sino también reformas claves como la laboral, la pensional, y de la salud. (Revista Semana- ¿De tormenta a huracán?)
¿Cómo salir de la recesión?
En el corto plazo nos toca afrontarla controlando el gasto y no asustarnos con la situación. Pensar en medidas macro como la de estabilizar la tasa de cambio, estimular la producción agropecuaria y la sustitución de importaciones, alta inversión en obra pública, que el gobierno combata a fondo la especulación, el contrabando y para las personas naturales, que el gasto no sea superior a sus ingresos, evitar comprar en supermercados y grandes superficies y por el contrario hacerlo en plazas de mercado o pequeños distribuidores de alimentos (economía popular).