Sin el fuego no hay vida, el poder mantenerlo es lo que permitió que nuestros antepasados de la prehistoria sobrevivieran y por ello estamos hoy acá, ‘el abuelito fuego’, como le dicen en las culturas indígenas de nuestro continente. Sin el sol que es el mayor fuego, no habría vida en esta tierra. Fuego es vida.

Pero al mismo tiempo por nuestro actuar en este planeta, el fuego se ha convertido en algo que está arrasando con nuestra posibilidad de supervivencia aquí.

En este momento los continentes del sur como África y América Latina estamos literalmente ardiendo. Ya en países como Namibia y Zimbabue se autorizó empezar a sacrificar elefantes y cebras para alimentar a la población humana por las sequías producidas por los veranos tan prolongados. Nunca antes en la historia había sucedido algo similar. Este año se han registrado las temperaturas más altas desde que se tiene registro. Brasil, Bolivia, Colombia y muchos más están registrando más incendios forestales que nunca antes. El Amazonas arde y el río está seco… Triste, muy triste.

En Cali y el Valle del Cauca se han incendiado muchos bosques y cerros. El fuego ya llegó al borde del Parque Natural los Farallones por el lado de Pichindé y alcanzó a traspasar la frontera, menos mal los bomberos y la comunidad con la ayuda del helicóptero Bambi, actuaron rápido y se logró detener… si el fuego entra al parque, ‘apague y vámonos’, como dice el dicho.

Nuestras políticas públicas y los entes de control tienen protocolos para reaccionar a estos eventos, pero no hay políticas claras para la prevención, estar un paso adelante y prevenir. Sé que no es fácil por lo que muchos incendios son provocados por personas mal intenciones que aprovechan la sorpresa para hacerlo. Pero se puede tener buenos caminos de cortafuegos y personal de guardabosque que estén en vigilia para una reacción temprano o de disuasión. En el cerro de Cristo Rey hay dos torres de vigía que se construyeron hace unos años y que no se utilizan y están allí abandonadas, ya llevan dos remodelaciones, pero funcionaros de control no se ven ni en pintura.

Es elemental que los incendios controlados o los que se prenden por personas desadaptadas contribuyen al calentamiento global, los que traten de negar eso, de verdad los invito a que recapaciten.

En el Valle del Cauca se sigue quemando caña y esta es la explicación que me dieron de parte de los gremios azucareros:

Hay dos razones, una de ellas es porque los pequeños cultivadores e ingenios que están en proceso de solucionar la parte laboral de los corteros por lo cual no se puede automatizar el corte todavía, es un problema laboral. Otra razón es que muchas de esas quemas son provocados por personas que no son amigos de la industria azucarera, para hacer el daño… estas son las explicaciones de ellos, yo voy a creer y espero que puedan buscar una solución rápida y eficiente si queremos que nuestros hijos y los hijos de ellos tengan un planeta donde vivir dignamente. Todo se logra si hay voluntad.

Hago un llamado a todos y todas para que hagamos conciencia que esto es un problema de todos, igual que la solución. No se trata de recriminarnos, se trata de actuar conjuntamente.