Tumbar el monumento a la resistencia o estructura llamada monumento a la resistencia, mejor dicho tumbar esa mano gigante que sostiene un cartel con la palabra resistencia ubicado en Puerto Rellena o ‘puerto resistencia’, según la orilla desde donde se vea, esa es una de las propuestas de un candidato al Concejo de Cali. Muchos la aplauden, muchos la critican.
La discusión sobre la construcción de esta figura, que poco a poco se fue convirtiendo en un símbolo del oriente de Cali y un punto de referencia geográfico en la ciudad, comenzó desde el momento mismo en el que el primer ladrillo fue colocado por un grupo de jóvenes. Tras dos años de discusiones que iban desde el uso del suelo hasta la estética de la obra, el famoso monumento o estructura se quedó y por mucho tiempo. Decir que lo van a tumbar alcanzada la meta electoral no solo es populista, sino provocador.
Quienes construyeron la resistencia tardaron cerca de una semana, quienes derribaron la estatua de Sebastián de Belalcázar, 30 segundos, y la Alcaldía año y medio en volverla a levantar. Estos tiempos dicen mucho de unos y otros.
Una ciudad con tanto lío no necesita otro más. El paro nacional, que tuvo a Cali como epicentro y escenario de los más fuertes abusos contra la población por parte de las primeras líneas, con la mirada indiferente del gobierno central y la inacción del local, dejó a Cali partida en muchos pedazos, destruida y pintorreteada por todas partes, una buena porción de la Calle Quinta sigue todavía cubierta de murales descoloridos alusivos al paro sin hablar de las ruinas de varios locales comerciales que permanecen intactas en las entradas a Siloé y Ciudad Jardín, recordatorios de la violencia que se vivió en este pueblo tan necesitado de la mano de Dios y de un buen gobierno.
Tumbar ese monumento, el de la resistencia (estructura, pues) ¿para qué? ¿Para provocar la ira de quienes lo levantaron? ¿Se imaginan la respuesta? Un habitante del sector de Puerto Rellena (resistencia pues) se mostraba orgulloso en un video de redes sociales con una pica retando al candidato a ir hasta el lugar y demostrar que era capaz de tumbarlo.
Reten a la ciudad a construir un metro, reten a Cali a ser sede de unos nuevos Juegos Panamericanos, reten a Cali a ser la mejor en educación, reten a Cali a ser una potencia industrial, tecnológica, económica, pero retar a la ciudad a darse en la jeta por una estatua o un monumento… ¡Por favor!