Conviene hablar una y otra vez sobre las grandes ventajas de la humildad y los graves males que acarrea la soberbia.

En el libro de Job de la Biblia se lee: “Sométete a Dios y así tendrás paz y recogerás los mejores frutos.

Recibe de él su amor y graba en tu corazón sus palabras siendo humilde porque así vives mejor”.

En un estado de relax examina tu actuar siendo sincero y pregúntate: ¿Mis actos son de humildad o de orgullo?

Al responderte sé consciente que al humano le encanta tener una buena opinión de sí mismo y justifica sus defectos.

Cuando el amor de verdad te guía, actúas siendo humilde y así eres bien consciente de tus cualidades y tus falencias.

Con sapiencia escribió Miguel de Cervantes: “La humildad vale oro y es el fundamento de todas las virtudes”.

La persona soberbia puede ser temida, pero no amada. La humildad es una llave maestra que abre todos los corazones.