El amor es el sol que madura los frutos del alma. Solo podemos florecer si el amor es auténtico.
Es decir, si no se agota en el deseo y la atracción sexual y sentimental que pueden existir sin que haya amor.
Sin amor no puede existir una apreciación real en la vida, que es tan delicada como un capullo de rosa cerrado.
Si amas y te amas, te das cuenta de todas aquellas pequeñas cosas que suceden a tu alrededor.
El amor es un bálsamo en los momentos álgidos o las crisis, que superas si tienes fe y perseverancia.
Para amar de verdad aprende a manejar las palabras y el silencio. “Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras”, Shakespeare.
El humano se ufana de ser un buen amante, pero, en general, suele ser un analfabeto emocional.
Dedícate a tener control de tus emociones y entonces sí podrás convivir en armonía y ser feliz.