La vida en un hogar pide dibujar una línea clara entre el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso.
No tener esto claro y definido ejerce un poderoso efecto negativo en las relaciones familiares o de pareja.
Así lo explica la sicóloga española Ligia Alvarado: “Hay que saber cerrar del mejor modo la jornada laboral.
O sea, no seguir frente al computador o atendiendo llamadas en lugar de compartir con los seres queridos.
Hay que darle prioridad a las relaciones, la diversión, las charlas, el juego, la complicidad y la intimidad.
Esto es esencial en una pareja porque les permite compartir, hablar, reírse, comer juntos, unirse y relajarse”.
El amor a ti mismo y a los demás pide definir claramente la línea que divide el tiempo de trabajo del tiempo de relax.
Amar es el arte de equilibrar todo y tener presente que hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
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