El 15 de enero será la primera contienda del Partido Republicano para elegir su candidato presidencial. El caucus de Iowa, que se llevará a cabo en esta fecha, distribuirá los 40 delegados, de manera proporcional, de acuerdo con los resultados electorales. Desde 1972, este caucus es el primer examen electoral para los candidatos de los partidos republicanos y demócratas que aspiran a ser presidentes. Sin embargo, solo en tres casos los candidatos que ganaron en Iowa fueron los candidatos presidenciales por el Partido Republicano: Gerald Ford en 1976, George W. Bush en 2000 y Donald Trump en 2020.

Adicionalmente, solo en tres ocasiones desde 1976 el ganador de Iowa llegó a la presidencia: Jimmy Carter en 1976, George W. Bush en 2000 y Barack Obama en 2008. Por su parte, Ronald Reagan fue elegido presidente en 1980, George H.W. Bush en 1988 y Donald Trump en 2016, aunque habían perdido en el caucus de Iowa.

Aun cuando esta elección no es un indicador fehaciente de lo que será la contienda presidencial en noviembre de este año, el caucus de Iowa tiene varias particularidades en esta ocasión. La primera es que la ciudadanía estadounidense está cada vez más insatisfecha con la manera en la que funciona la democracia en su país. Según una encuesta de Gallup, el 28% de los estadounidenses están satisfechos con la democracia, siendo la cifra más baja registrada en la historia de esta encuesta. Si se tienen en cuenta afiliaciones políticas, el 17% de los republicanos, 38% de demócratas y 27% de independientes están satisfechos con el funcionamiento de la democracia estadounidense. Por eso no sorprende que sigan existiendo dudas sobre la legitimidad de la victoria de Joe Biden en 2020. Según una encuesta hecha por el Washington Post y la Universidad de Maryland publicada la semana pasada, solo el 62% de los encuestados afirman que la victoria de Biden en la elección del 2020 fue legítima, un 7% menos que hace dos años. Un tercio de los adultos encuestados aseveraron que había evidencia sólida de fraude electoral en la última elección presidencial.

En segundo lugar, la narrativa de Trump y sus aliados sobre los hechos del 6 de enero del 2021 ha calado. Según la encuesta del Washington Post y la Universidad de Maryland, el 54% de los encuestados aseguran que el expresidente Donald Trump no es responsable por el ataque en el Capitolio, y solo el 15% de los Republicanos coinciden con que el expresidente tiene un grado importante de responsabilidad por lo que sucedió, un 12% menos que en diciembre del 2021. Esta encuesta también encontró que el 21% de las personas piensan que quienes atacaron el Capitolio eran ciudadanos mayoritariamente pacíficos y 25% que el FBI probable o definitivamente instigó el ataque. Como afirma un editorial del Washington Post, aunque “estos son puntos de vista minoritarios… un número desproporcional de republicanos los creen, mostrando qué tan corrosivas pueden ser las repetidas mentiras del Sr. Trump y amplificadas por una cámara de eco de medios de comunicación de derecha”. Como consecuencia de esto, un 41% de estadounidenses y 77% de republicanos creen que el Departamento de Justicia está persiguiendo injustamente a Trump por razones políticas, según la encuesta ya mencionada.

Por consiguiente, lo que se juega en Iowa, más que una contienda política interna del Partido Republicano, es la credibilidad de esa colectividad en la democracia. Aunque en las encuestas Trump sigue siendo el líder indiscutible del partido, sobre él recaen más de 90 investigaciones y casos judiciales, siendo quizás la más grave la de haber alentado y provocado una insurrección contra los Estados Unidos mientras ocupaba la presidencia. Ante esto, Trump alega que contaba con inmunidad presidencial durante el asalto. Esto ha puesto en el debate la pregunta jurídica sobre si, de encontrarse culpable de este cargo, podría estar en la balota electoral para la presidencia. La Corte Suprema de Estados Unidos será la encargada de responder a esta pregunta, pero Iowa dictará el talante democrático del Partido Republicano.