En mi opinión, uno de los aportes más importantes del anterior director de Planeación Nacional, Doctor Jorge Iván González, como también del propio Congreso de la República, es que, en medio de la diversidad política y social, logró que se aprobara, para el bien del futuro democrático de Colombia, el Plan Nacional de Desarrollo, que es una hoja de ruta de nuestro país para los próximos años y debe convertirse en el soporte fundamental para la aprobación de los planes de desarrollo tanto municipales como departamentales.
En su carta de renuncia como Director de Planeación Nacional, en uno de sus apartes, le recuerda al Presidente Petro que debe respaldarse en los alcaldes municipales y gobernadores departamentales en todo lo relacionado con la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo. Como personalmente conozco las capacidades profesionales y la vocación democrática del Dr. Jorge Iván González, lamento que ya no esté al frente de ese Departamento, tan importante para el desarrollo integral de Colombia y cada una de sus regiones.
Me uno a lo expresado en su carta de renuncia de que los mejores aliados del Presidente de la República para ejecutar el Plan Nacional de Desarrollo son los alcaldes y gobernadores. La tarea que le corresponde en el futuro, tanto al Presidente Petro, como a su equipo de gobierno, es procurar estar más cerca, sin ningún tipo de prevenciones políticas, a los alcaldes y gobernadores, incluyendo el alcalde de Bogotá, D.C., para la elaboración y ejecución de sus planes de desarrollo, pero ante todo siendo conscientes de que la clave para gobernar bien a Colombia está en las regiones.
Invito a todas las personas que aspiren a ser elegidas como Presidente de la República en el 2026 a no desechar el contenido y alcance del actual Plan Nacional de Desarrollo y menos los que a partir de este se aprueben en el presente año a nivel municipal y departamental.
Reitero que los próximos gobernantes nacionales o regionales que lleguen tienen que demostrarnos y enseñarnos, con su ejemplo, a tener la voluntad de darle continuidad a todo lo bueno que se ha venido haciendo en Colombia y en sus regiones desde hace varios años, así como también corregir, sin odios, descalificaciones o temores, lo que haya que corregir. En otras palabras, a ser conscientes, tanto los votantes como los elegidos, que el Estado colombiano, con todas sus historias, lleva más de 200 años de vida republicana.
En lo personal, con todo respeto, considero que si el Presidente Petro promueve en cada uno de los treinta y dos departamentos, incluyendo a Bogotá D.C., un espacio de diálogo con presencia de los alcaldes municipales y voceros de las comunidades urbanas, rurales y étnicas de las regiones, a fin de escucharlos pacientemente, junto con su equipo de gobierno, esos espacios de diálogo social se pueden convertir en una especie de consejos de gobierno regionales, donde se cede soberanía de gobierno, se escucha más y se establecen compromisos de cada una de las partes.
Creo que de esa manera será posible que, en estos dos años y medio que le falta para terminar su periodo de gobierno, se logren materializar, bajo la figura de todos ponen, los ejes fundamentales del Plan Nacional de Desarrollo.