El martes pasado conté en uno de los noticieros siete procesos judiciales, que aparte de la invasión a Gaza y las balaceras frecuentes en Estados Unidos, constituían el grueso de las noticias. Demandas contra personas, algunas por supuestos delitos y otras, querellas por cosas baladíes. ¿Somos acaso un país de leguleyos?
Las campañas políticas no son sobre programas, ¿cómo logro inhabilitar a mi contrincante con mentiras, en vez de ganarle en franca lid? Los medios se dedican a contar verdades a medias que causan confusión moral entre lectores, radioescuchas, televidentes e internautas que hoy en día con el reenvío de mensajes se busca llegar de inmediato al mayor número de incautos receptores. Conozco profesionales que no tienen tiempo para sus hijos y padres, pero reenvían mensajes permanentemente, a veces sin darse cuenta de la totalidad del texto.
Y qué decir de Twitter hoy X, el arma de defensa del presidente Petro que a diario al despertarse lee las noticias judiciales. ¿Cómo será hoy el golpe blando?, ¿qué más piden tumbar? ¿El Ministerio de la Igualdad? No debe ser fácil este bombardeo permanente, como tampoco lo debe ser para el expresidente Uribe, constantemente retirando su pie derecho de la puerta de la cárcel.
Dilian Francisca Toro fue otra víctima de la injuria, solo que en su caso fue más allá, pues le inventaron testigos falsos, como Alias Romario, que solo ahora trece años después, ha sido condenado a nueve años de prisión por la falsedad de su testimonio al tratar de señalar a la doctora Dilian Francisca Toro por delitos que nunca cometió. Pena irrisoria, ya que el mal causado ha ido mucho más allá, el estrés para ella y su familia, el daño grave a su nombre, que ella ha sabido capotear sin dejarse hundir. Cultivando a un electorado fiel, que no le hizo caso al ruido de los medios, logró ser elegida dos veces gobernadora del Valle del Cauca y presidenta del Partido de la U.
Pero no todas sobreviven. El porrazo que le dan a las mujeres es mil veces más cruento, a Piedad Córdoba la llevó a la tumba y no sé si Francia Márquez tenga la fortaleza de Dilian para resistir. Dice la Constitución que la prensa es libre, pero responsable, solo que en ese tiempo no existían las redes sociales, donde enemigos ocultos, sin nombre, ni rostro se dedican al asesinato moral dentro de la más absoluta impunidad.