Desde niño Eduardo Valencia Ospina, el artífice del triunfo de Colombia contra Nicaragua fue brillante. Lo recuerdo en su casa señorial de San Fernando con su hermana Luz Marina, nuestra compañera de Liceo Benalcázar. Estudiaba en Santa Librada como lo hicieron mis hermanos, siendo siempre el primero de la clase. Al graduarse obtuvo la medalla de oro General Santander que Santa Librada otorgaba al mejor bachiller. Estudió Derecho en la Javeriana, posteriormente en Harvard y así siguió su carrera de éxitos en Naciones Unidas y en la Corte internacional de La Haya. A Eduardo lo recuerdo como un pensador que incursionaba en el deporte, representando a Santa Librada en natación y hasta hizo sus pininos a la edad de 15 años con un programa de radio. Siguiendo los pasos de su padre que fuera un destacado columnista de ‘Relator’, el periódico liberal de esa época, dirigió importantes publicaciones jurídicas.
Las memorias de Eduardo llegan como destellos en distintas épocas de mi vida. Recuerdo a doña Marina, su madre recomendándole que cuidara a Luz Marina. No bailaba rock, pero sí boleros y siempre estaba pendiente de ella, aunque nunca lo oí azararla ni apurarla para que se fueran a la casa. Hablaba pausadamente midiendo las palabras. Lloramos juntos la muerte de su hermana que nos llegó de pronto, Angelita se te fue tu amiga me dijo. Coincidimos a veces en diferentes sitios del mundo, la última vez en Cartagena antes de la pandemia. Llegó de pronto a la exposición que inauguraba mi esposo François Dolmetsch, qué alegría verlo, era su último día en la heroica. Sabíamos de su importante misión para Colombia, pero siempre fue discreto, su labor para nuestro país era un secreto de Estado.
Hoy Eduardo es un héroe nacional, pronto recibirá la Cruz de Boyacá que le colocará el Ministro de Relaciones Exteriores en La Haya, por su gestión como líder del equipo que logró que Colombia ganara el pleito contra Nicaragua que por varias décadas había atormentado a los diferentes gobiernos colombianos. En todas las pretensiones, Colombia ganó con 13 votos contra 4. El primero tenía que ver con la hipótesis de Nicaragua de delimitar el límite marítimo de la plataforma continental extendida. El segundo, con declarar que las Islas de San Andrés y Providencia tienen una plataforma limitada. El tercero tenía que ver con limitar los espacios marítimos de Serrana, Serranilla y Bajo Nuevo. Nicaragua había dicho que Serranía, Bajo nuevo y Serrana no generan derechos territoriales, pero la Corte dijo que Colombia sí tiene soberanía sobre estas, aquí la Corte votó 12 a favor y 5 en contra.
No hay duda de que la decisión de nombrar a Eduardo Valencia Ospina en octubre del 2022 como abogado principal fue clave en la victoria histórico del país. Nadie en el mundo sabe más que el sobre los trámites ante la Corte Internacional de Justicia. Es el triunfo de la ley, de la interpretación del derecho internacional y del derecho del mar.