En el marco del seminario sobre Perspectivas de Crecimiento Económico 2024 de Anif y Fedesarrollo celebrado en Cali hace pocos días junto a la Cámara de Comercio de Cali, tuvimos un análisis profundo de parte de expertos nacionales sobre las pocas esperanzas de crecimiento más allá del 1 o 1, 2 % para la economía nacional en este año.
En un contexto nacional complejo, donde el sector privado sigue esperando señales de certidumbre y mensajes que generen confianza para aumentar la inversión que ha estado cayendo sostenidamente tanto a nivel nacional, como en nuestro departamento, llegan mensajes a nivel local que indican que la clave en este momento es a través de herramientas regionales que potencien nuestra economía.
En primer lugar, ya se presentó la discusión del Concejo Municipal, el Plan de Desarrollo 2024-2027, donde el alcalde le apuesta a la inversión social y a recuperar la confianza en la institucionalidad. De igual manera, está la priorización sobre inversión, infraestructura y alianzas público-privadas que fomenten el desarrollo económico y social. De las 341 metas de la alcaldía consignadas en el Plan de Desarrollo, este se enfoca en tres propósitos: Cali Reconciliada, Cali Renovada y Sostenible, y Cali con Buen Gobierno, con una inversión de 22,4 billones de pesos. El rol que juega el sector público para reactivar la economía es indispensable en un año lleno de retos.
Por otro lado, la gobernadora lanzó esta semana el Fondo de Desarrollo Económico Regional -Fonder Valle-, estructurado entre la Gobernación del Valle, Infivalle y el Banco Agrario, que ofrecerá créditos a cero interés para facilitar el acceso al crédito formal de Mipymes, y en especial tener una herramienta pública de lucha contra el terrible fenómeno del gota a gota que se come la productividad del negocio tradicional de nuestra región. Se convierte Fonder Valle, en una herramienta fundamental de política pública de inclusión financiera, que potencializa la base de nuestro tejido empresarial y dinamiza estos ecosistemas con un apoyo directo a los empresarios que normalmente sienten que su ejercicio empresarial está lleno de barreras de acceso a capital de trabajo.
Estas propuestas evidencian la importancia de aunar esfuerzos en el liderazgo y creación de un ecosistema integral de financiamiento para apoyar el tejido empresarial en la región, aprovechando la capacidad institucional y potenciando sus capacidades para que estén al servicio del tejido empresarial, que al final es el gran generador tanto de empleo, como de crecimiento económico en el país. Solo así podremos darle vuelta a esa fría cifra del 1 % de crecimiento económico que no crea la dinámica que nuestra economía necesita para la generación de oportunidades y para poder acceder a los diferentes mercados internacionales que hoy se vuelven una prioridad.
Ya en enero escribía una columna sobre la importancia de pensar que el destino de nuestra economía regional debería ser la internacionalización, y hoy, ante el debilitamiento de la demanda interna, esta sigue siendo una palanca fundamental. Aumentar exportaciones, aprovechando nuestra diversidad productiva y el reciente dinamismo que han exhibido mercados como el de México y Venezuela se hace crucial en este momento, así como seguir atrayendo inversión extranjera que ha sido motor del Valle del Cauca en nuestro potenciamiento de encadenamientos productivos, y de buenas prácticas empresariales desde hace más de cincuenta años.