Se llaman Jennifer López y Shakira, llevan al Caribe en las venas y reinan en el deslumbrante Olimpo de las divinidades latinas. Compitieron juntas en público por primera vez en el legendario y desafiante escenario del Super Bowl, celebrado en Miami en 2020.
Lo hicieron en el Half Time, en el intermedio de la final de la liga de beisbol americana, ante el público que abarrotaba el estadio y ante una audiencia televisiva de más de 200 millones de espectadores. Ambas estuvieron a la altura de tamaño desafío, acentuado por el hecho de que tuvieron que repartirse los 15 minutos de un show que habitualmente se le concede a un solo artista anglo o afroamericano. Cada una con su voz, su cuerpo, su baile, sus composiciones y coreografías, su sonoridad, su estilo, pudo, sin embargo, ganarse el favor del público que las premió con aplausos y ovaciones. A mí aún me estremece la emoción cuando recuerdo el momento en que Jennifer - JLo, Yeilo, como la llaman sus fans neoyoricans - desplegó desafiante la bandera de Puerto Rico al final de su número.
Ahora vuelven a coincidir, no en el gran escenario del Superbowl, sino en Nueva York, donde en esta temporada ambas han hecho espectaculares presentaciones de sus nuevos álbumes: This Is Me… Now. The Film de JLo y Las mujeres no lloran de Shakira. Dos discos que, a pesar de todas sus diferencias, tienen en común lo que tiene en común en este momento la vida de estas dos superestrellas. Shakira tiene 47 años, JLo, 54, ambas vienen de superar traumáticas experiencias de pareja y ambas llevaban años sin lanzar un nuevo álbum. El de Shakira es desafiante: lo encabeza esa canción que le arrojó a la cara a Piqué, el futbolista del Barcelona: Las mujeres ya no lloran facturan. El de JLo es, en cambio, una invitación a la reconciliación tanto con su turbulento pasado como con Ben Affleck, uno de sus seis esposos, de quien se separó dos días antes de que se celebrara su anunciada boda.
El título evoca su historia: se lanza 20 años después del lanzamiento de su primer álbum: This is Me… Them. También son distintos los modos en las que ambas lanzaron sus discos. Jlo lo hizo, en febrero, con un musical homónimo de 57 minutos de duración de una formidable potencia acústica y visual y Shakira, en marzo, con un show en vivo y directo en Times Square, teniendo a sus espaldas una pantalla gigante saturada de efectos especiales y delante una multitud entregada de fans.