Así como la actual administración está empeñada en rescatar cientos de kilómetros de vías urbanas, se está promoviendo el uso de los bicicarriles, existen carriles para el MÍO y hasta para las motos, ¿por qué se han olvidado de los peatones que debieran ser los reyes del espacio público?
En este nuevo empujón que se le está dando a Cali por parte de Pando y más aún luego de que quedó demostrado que Cali es una ciudad para caminarla y más aún, con el crédito antes nunca visto de 3,5 billones (con b de burro) que nos sacara de ‘el no se puede y no hay con qué’, démosle a los peatones el trato que se merecen.
Y ofrezcámosles por dónde caminar, ya que los andenes o no existen o fueron invadidos y hasta cercados o están hechos una miseria tan peligrosa que las gentes prefieren caminar por el pavimento de las vías que resultan más transitables y seguras.
Es imperativa la andenzación de nuestros barrios. Tengo cuatro conocidos(as) que se rompieron brazos, piernas y hasta el jopo ‘caminando’ por los escasos andenes que aún subsisten y helos ahí enmuletados o hasta en silla de ruedas por culpa de caídas en estas trampas mortales por las que nadie responde.
Intenten caminar por El Peñón o por Granada o por San Fernando o San Antonio: misión imposible. Cuando no están en poder de los antejardines ‘extensivos’ enmallados, por cada casa hay un andén más alto o más bajo, o le han hecho tremendos forámenes que nunca taparon y están encharcados rodeados de cucarachas de agua, o la raíz de un maldito ficus que los ha ‘patasarribiado’, o simplemente no existen.
Y comienza el tongo le dio a borondongo de la responsabilidad: Emcali le pasa la pelota a Infraestructura y está a los contratistas de Claro quienes a su vez inculpan a los constructores del edificio vecino y estos se lavan las manos acusando a los de la fibra óptica y total de totales, nadie responde y así se quedan las cosas.
Ah y si se les dice a los dueños de las casas que por favor arreglen sus andenes estos contestan que a ellos no les corresponde hacer esas obras (!) o no tiene con qué o simplemente salen con un “y no me joda y qué” y así se quedan esos miaderos de perros y gatos hasta el fin de nuestros días.
Hace muchos años existió en Cali la Inspección General Urbana que se ocupaba de esos menesteres, la cual se acabó y fue reemplazada por alguna burocracia paga favores de cualquier gamonal de quinta.
Pero el hecho es que, ahora que Cali está vestida de novia y llena de pretendientes, ojalá que Pando tome cartas en el asunto y ordene la reparación de los andenes y la instalación de tapas para las alcantarillas que son otras trampas mortales.
Lo anterior me recuerda el cuento popayanejo de un prestigioso jurisconsulto que se fue a un hueco de esos y ante la pregunta de un amigo que pasaba por allí que le dijo, “doctor se cayó”, este le respondió “no, yo vivo aquí gran hp”
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Posdata. Yo hablo bien de Cali, así haya que referirse a estos temas y es que “porque te quiero te aporrio”.