Fuentes de alta infidelidad me han hecho saber que durante los 26 días que duró el nefasto bloqueo a la Panamericana todo se paralizó, menos los envíos de coca que por fin pudieron salir rumbo al extranjero y luego de haber estado represados por muchos meses .

Los sembradores, procesadores y productores del polvo maldito estaban pasando las de San Quintín habida cuenta la presión que sobre ellos estaban ejerciendo los mecanismos de control que les tenían prácticamente cerrados los corredores por donde se encaminan al Océano Pacífico los cientos de toneladas que alimentan a los consumidores ya no solo gringos sino de los más remotos lugares del Asia.

Y es que si bien es cierto se están erradicando cultivos pero a paso de tortuga por no fumigar con los drones, la cantidad de lo que se siembra es mayor a la que se arranca en un inútil circulo vicioso de nunca acabar.
La férrea y a veces incomprendida decisión del gobierno de no negociar con la vía taponada, demostrándoles además a los indígenas la absoluta incapacidad del Estado de complacerles en sus absurdas peticiones económicas e insensateces tales como “no sobrevolar sobre sus territorios” y otros absurdos más, debilitó a los manifestantes.

Por otra parte la sociedad civil, rebotada y con razón, se sublevó contra ellos perdiendo así el beneplácito y la legitimidad que decían les asistía, lo que finalmente les obligó a entrar en razón y suscribir poco más o menos una capitulación, como era lógico que sucediera .

Hizo muy bien el Presidente -a quienes muchos colombianos le reclamamos ejerciera mayor autoridad- en visitar el pasado domingo a los verdaderos damnificados con este paro, como son los habitantes del Cauca y Nariño a los que les ofreció entre otras cosas créditos blandos, exoneraciones fiscales y facilidades de pago de sus impuestos.

¿Y qué va a pasar con la coca después de la minga? Pues que quedó demostrada y sellada la alianza entre las comunidades indígenas, la guerrilla llámese activa o pasiva y la actividad que realiza esta última que no es otra cosa que el narcotráfico.

Sobreviene ahora algo tan complicado como es acabar con esos corredores y apretar a los cultivadores no solo con la fuerza sino también con la promoción de cultivos alternativos, asistencia social y programas de educación, salud y vivienda para los habitantes de esas regiones que por las buenas o por las malas han sido obligados a plantar los cultivos ilícitos que son el trasfondo de lo que estamos padeciendo.

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PD: Felicitaciones a nuestra colega columnista de El País Muni Jensen Mosquera, por haber recibido el galardón a la mejor ‘Columna Política del Año’ otorgado por la Academia de Artes Políticas de la ciudad de Washington en ceremonia de gala realizada en la sede principal de la Organización de los Estados Americanos. Esta honrosa distinción la motivaron sus columnas intituladas ‘La Ventana’ que publica sábados de por medio en nuestras páginas editoriales.