Ahora que estamos en época preelectoral es muy frecuente ver a los políticos o a los que quieren serlo, mezclarse con las clases menos favorecidas. Porque van y almuerzan en las galerías o van a los barrios populares, creen estar entendiendo el clamor de esas personas.

Llegan después a sus casas, una ducha caliente y abundancia de jabón. ¿Pero es eso, en el buen sentido de la palabra, ‘untarse de pueblo’? Esa expresión odiosa es de verdad molesta y discriminatoria, ¡todos somos pueblo! Aunque algunos se sientan ‘superiores’ o de ‘sangre azul.

Ahora que estamos trabajando en el proyecto Sembrando Cali de la mano de Compromiso Valle de ProPacífico y estamos implementando 14 Huertas Madres para trabajar con las comunidades en pro de sembrar no solo comida, sino tejido social, es allí donde uno entiende qué es para muchos ‘del pueblo’ buscar y encontrar una vida digna.

Entrando en esas comunidades menos favorecidas y compartiendo el día a día y escuchándolos de verdad, es donde uno se da cuenta de sus necesidades, sus miedos, sus expectativas, sus clamores, sus sueños, que todos los humanos tenemos. Es allí donde se aprende la verdadera vocación de servir y no solo ir a ‘tomarse la foto’. Recuerden la misión de un verdadero político es ser servidor público, no lo contrario, ‘el pueblo a su servicio’.

Salto de garrocha. ¿Donde  está el humor? ¡Mi amado amigo André Konietzko, que en paz descanse, decía, “I dont trust people that dont smoke and dont drink”, traducido al costeño diría algo así, “¡eche mi llave, no confió en alguien que no fume o no tome, no joda!” Yo digo: “Eche mi llave, no confió en alguien que no sabe ‘mamar gallo en serio’, ¡no joda!”.
Ese es nuestro eslogan en Oye Cali.

La Biblia dice que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, ese man debe ser un solo chiste, para mí no es el barbudo, justiciero y sin sonrisa que nos han vendido. No entiendo por qué todos los cuadros donde aparece Jesús, la Virgen y todos sus Santos siempre están con cara de tragedia y nunca sonriendo, cuando es la más grande virtud que tenemos los humanos, la alegría y la risa.

Los políticos son otros que creen que por ser ‘serios’ son de verdad más serios. Sus oratorias y sus discursos tienen poco humor, acartonados, frívolos y distantes. ¡Aquí tengo que resaltar que la coalición Centro Esperanza sacó un comercial donde los candidatos se pasaban unas letras y había camaradería entre ellos y eso a mí me gustó, ya que lograron con humor bajarle a la tensión entre ellos y mostrarse ante el público ¡jocosamente, bien!

Finalmente, la vida sin humor, sin bacanería, es muy aburrida. Hay que aprender a afinar la agilidad mental y sacarle un chiste hasta a la situación más aburridora. Con humor se logra ‘desarmar’ hasta la esposa más brava y al amigo enberracado. Como el tema político es tan generador de distanciamientos, qué mejor que meterle picante chistoso y no terminar peleando con amigos y familiares. ¡Que viva el pueblo con humor!