Dos actos para amar: respeto y tolerancia. Dos para perdonar: compasión y comprensión.
Tres para afianzar las relaciones: amor, confianza y honestidad. Dos para servir: bondad y compromiso.
Tus bienes más valiosos no están en el banco o la caja fuerte, están en tu corazón.
Ni se compran ni se venden y, por una ley de abundancia, crecen cuando se comparten.
Hay más alegría en dar que en recibir. Todo acto bueno tiene siempre su recompensa.
Sé como un árbol que regala sus frutos, su madera y su sombra. La generosidad de almas grandes.
Ojo: ámate y aprende a recibir. Nunca sacrifiques tu felicidad por hacer felices a los demás.
El primer amor es el que te brindas, y debes estar siempre de primero. Es amor propio, no es egoísmo.
@Gonzalogallog