Sé consciente de que al ego soberbio le encanta cambiar a los otros, controlarlos, manipular y someter.

Ese ego es el yo sin amor y sin Dios, orgulloso, negado a la humildad y, por lo mismo, prisionero.

Es imposible amar sin humildad porque el soberbio no comprende, no escucha, no dialoga y ofende.

No perdona ni pide perdón, domina, somete, desprecia y cree que tiene la razón.

Dijo un sabio: “Todos los males brotan del orgullo que es desamor y los bienes llegan con la humildad”.

Ego es Yo en latín y hay tres clases de egos:

1. Ego amoroso, escúchalo y síguelo.

2. Ego orgulloso, dale muchas dosis de humildad, pero no es malo. Nada lo es.

3. Ego defectuoso, se enfoca solo en lo negativo y debes darle amor propio y seguridad.

@gonzalogallog