Aprende a usar historias o buenas metáforas en tu comunicación. Dan buenos resultados.

Una metáfora desactiva en el otro el deseo de tener razón porque el cambio recae en sí mismo.

Si alguien no está bien es mejor que no le digas “debes aceptar y manejar tus emociones”.

Es mejor si usas la metáfora de la persona que en un río está remando contra la corriente.

Le dices que se visualice tranquilo porque permite que sea el río el que lo lleve.

Así esa persona considera eso por sí mismo y puede elegir aplicarlo a su situación.

Una metáfora o una historia ayuda a ver todo desde otra perspectiva sin sentirse forzada a algo.

Jeshua, con su gran sabiduría, enseñó mucho con parábolas que aún llegan al corazón.

@gonzalogallog