Cuando un óvulo acogió a un espermatozoide, inició el milagro de tu gloriosa existencia.

De ahí en adelante la vida se da gracias a continuos cambios que fueron maravillosos.

Las células se fueron multiplicando de manera prodigiosa y tú crecías paso a paso.

Tu estado inicial de vida fue como cigoto, o sea, la suma de 46 cromosomas.

Desde el primer día se fue formando el embrión, con constantes transformaciones. Aumentó su tamaño y multiplicó sus células.

Cuando la gestación llegó a la semana 8, comenzó el periodo del feto y ya eras un lindo bebé.

¿Eres consciente de que vives gracias al cambio? Por eso, abraza los cambios con amor.

La resistencia al cambio genera sufrimiento. Todo es más difícil si se hace de mala gana.

@gonzalogallog