Casi siempre el ser con buenas cualidades también es aquel que haya buenas oportunidades.
No es que haya nacido con estrella, sino que crea su buena suerte con buena conducta, fe y arrojo.
Desenmascara a los “ladrones de la felicidad” y los saca de su alma y de su vida con decisión.
Esos ladrones tan dañinos son el egoísmo, el odio, la envidia, el rencor, la ira y el miedo.
Es obvio que ese ser también afronta reveses, pero en lugar de hundirse con ellos, les saca ventaja.
Ama, se ama y sabe que así le va bien, sin necesidad de trucos o de exóticos talismanes.
Eres afortunado si buscas la oportunidad y no te sientas en el trono de la indolencia a esperarlas.
Acaso culpas al destino y a otros de tu suerte, pero solo recoges el fruto de tu siembra.
@gonzalogallog