Un mercader árabe llegó a un oasis y un servidor le dijo: “Señor, solo tenemos 19 estacas para atar a los 20 camellos”.

Él dijo: “Simulen que lo atan y que clavan una estaca delante del número 20 y él creerá que está atado”.

Así lo hicieron, y se fueron a dormir al comprobar que el camello se quedó quieto.

A la mañana siguiente todos los camellos estaban en su sitio, y el número 20, sin moverse de allí.

Los desataron, pero no lograron que ese camello número se pusiera en movimiento.

Entonces el amo dijo: “Hagan el gesto de desatar la estaca de la cuerda, pues el tonto aún se cree atado”.

Así lo hicieron, y el camello entonces se paró y se puso a caminar con los demás.

Nota: date cuenta de que a veces tenemos ataduras imaginarias. Reconócelo y libérate.

@gonzalogallog