Dos poderosas ayudas para desterrar de tu vida una horrible y nefasta bruja llamada envidia.

1. Un amor sincero y fuerte a ti mismo, amor a Dios, a los demás y a la bella creación. El amor cura todo.

Ese amor destila una dulce miel que es la compasión, y con ella solo hay bondad, ternura y misericordia.

Por lo mismo, no hay lugar para la envidia, los juicios o las críticas, y no te comparas con los demás.

Son cuatro amores que fortaleces, que te brindan seguridad, y son una coraza para que nada externo te perturbe.

2. Consciencia de unidad: Cree y siente que somos uno y que cada ser tiene dones y talentos según su propia misión.

Siente que tú y todos somos la misma energía como partecitas de Dios y que el otro es tu hermano.

Esa consciencia de unidad te lleva a alegrarte de los triunfos de otros y a dar lo mejor de ti. Sabes que lo que haces al otro te lo haces a ti mismo.

La envidia se esfuma cuando te amas sin medida, confías en ti, celebras que a todos les vaya bien y te alegras por eso.