“Durante la alcaldía de Jorge Iván Ospina, la deuda pública de Cali creció considerablemente. Según datos del Observatorio Cali Cómo Vamos y la Unidad de Acción Vallecaucana, las obligaciones financieras del Municipio registran una tendencia creciente, ya que en 2022 aumentó un 25,3 % frente a 2021, y si se toma como referente el año 2019 se incrementó el 67,8 %”.
Sobre este tema se dice mucho, pero, ¿cuál es la verdad de todo? ¿Qué son las vigencias futuras? ¿Qué va a pasar con los proyectos que quedaron inconclusos, como el corredor ambiental que va desde el antiguo Club San Fernando hasta Cristo Rey, que prácticamente está ‘en pañales’ hasta ahora? ¿Se va a terminar en el periodo de esta nueva alcaldía? Son preguntas que los ciudadanos del común nos hacemos y que muy probablemente nunca sabremos la verdad de cómo realmente funciona la administración pública y lo que tiene que ver con la contratación.
Esto de la “olla raspada” se lo he oído decir prácticamente a todos los nuevos que llegan a los cargos públicos sobre las administraciones salientes.
De una cosa sí puedo dar fe, porque lo vi personalmente. La calle 42 del barrio El Lido, fue rápidamente repavimentada, corriendo, antes de que se terminara el año y después de hacer el trabajo dejaron todos los elementos de señalización abandonados, parecería que como ya cumplieron con el contrato, eso ya no tiene valor para el contratista, ahora la nueva administración le toca recoger esa ‘basura’.
Según el presupuesto aprobado para el municipio de Cali, este sería de 5,3 billones de pesos para el año 2024, 690 mil millones de más que el 2023. ¿Será que ese presupuesto es suficiente para lo que necesita Cali? ¿Cómo evitar que esa plata se la lleve la corrupción?
Qué ha pasado con Emcali, que según el nuevo gerente también quedo sin recursos, sino más bien con muchas deudas, “a escasos 14 días de asumir el cargo, Roger Mina, gerente de la empresa, hace una radiografía de cómo encontró la empresa de servicios públicos de los caleños y los temas urgentes que deberá afrontar en el corto plazo. El panorama es complejo, no podemos seguir llevando a Emcali por el camino equivocado”, según el periódico El País de Cali.
Me pregunto: ¿cómo quedó el Dagma? ¿También quedó con la olla raspada? Le tengo mucha fe al nuevo director de esa entidad del municipio, que Cali tenga un cuidado responsable del medio ambiente y que la autoridad ambiental del municipio sepa manejar bien los recursos para que nuestra ‘Sucursal del Cielo’ brille por su muy buen manejo de la defensa de la flora, la fauna, el agua y el aire que es vital para un sistema sostenible en el tiempo.