El Pacífico colombiano continúa siendo una zona olvidada por el Gobierno Nacional. Aunque existía cierto optimismo con la llegada al poder de Gustavo Petro y Francia Márquez -siendo la vicepresidenta oriunda del Cauca- su discurso sobre la necesidad de invertir en la “Colombia profunda” se ha quedado en palabras. Desde el 7 de agosto del 2022, el Pacífico se ha quedado esperando acciones concretas de un presidente incapaz de ejecutar. Sin embargo, como señala Colombia Risk Analysis en su Índice de Riesgos de la Región Pacífico, esta zona cuenta con un potencial importante.
Según este índice, en el 2022 los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño “sumaron el 13,2% del PIB nacional y son el 16,2% de la población nacional”. Además, la región es abundante en recursos naturales y tiene una ubicación estratégica. Su cercanía con el puerto de Buenaventura le ofrece acceso al Océano Pacífico, facilitando su comercio internacional. Además, su biodiversidad marina y terrestre, se presentan como oportunidades únicas en “sectores como la pesca, la agroindustria, las industrias manufactureras, la minería responsable, el turismo sostenible y el desarrollo de energías renovables”. Finalmente, esta región tiene “una fuerza laboral joven y dinámica” y un patrimonio cultural que puede ser clave para una apuesta de desarrollo turístico.
No obstante, los riesgos de la región son también variados. Entre estos se encuentran fallas en la conectividad terrestre y áreas (en especial en Chocó, Cauca y Nariño), un sistema portuario deficiente y una situación de seguridad delicada (con presencia del Eln, el Clan del Golfo y las disidencias de la Farc). También existen riesgos en una industrialización que no es generalizada en el territorio y en la dependencia económica en el sector primario (en especial en el Chocó y el sur del Cauca), la cual ha derivado en una divergencia entre el litoral Pacífico y el Pacífico andino.
Aunque los retos que enfrenta la región son significativos, estos pueden solucionarse si los actores gubernamentales locales y regionales unifican esfuerzos con el gobierno nacional. Diseñar e implementar una estrategia de interconexión regional, basada en la construcción de vías principales, secundarias y terciarias, sería fundamental. También la construcción de aeropuertos y la expansión y consolidación del puerto de Buenaventura serán críticas para crear oportunidades de desarrollo socioeconómico sostenibles. Esta estrategia debe incluir un componente de seguridad que combata a los actores ilegales, disminuya el secuestro, las extorsiones y el tráfico de sustancias ilegales, y desmantele a las bandas criminales. Poder garantizar unas condiciones mínimas de seguridad aumentaría la confianza inversionista en la región, lo cual permitiría el desarrollo de una economía con mayores componentes de valor agregado.
Para nadie es un secreto que Cali, y el Pacífico, enfrentan situaciones difíciles. Sin embargo, esto no significa que la región esté condenada a un desarrollo desigual y una crisis de seguridad constante. La gente de la región es pujante y resiliente, y tiene las capacidades para construir un mejor futuro. Para esto, los nuevos mandatarios locales y regionales, el gobierno nacional, la ciudadanía y los sectores productivos deben coordinar esfuerzos para construir e implementar una estrategia integral de desarrollo socioeconómico. De lo contrario, seguiremos siendo una zona de eterno potencial.