No voy a comentar la propuesta de Petro de una reforma constitucional, en sustitución de la que prometió respetar durante su campaña, ni sobre la entrevista que publicó El Tiempo el lunes. Su iniciativa, como lo manifestó en Cali, se debe a que el Congreso aparentemente va a negar varias de sus nefastas propuestas de cambio. La entrevista es un galimatías, plagada de contradicciones. Me recordó su alocución en Stanford, cuando las traductoras se declararon impedidas para traducirla correctamente, debido a lo alambicada.
Mi tema es regional. Resulta que asistí a la asamblea de la Unidad de Acción Vallecaucana, donde escuchamos una charla de Mauricio Cárdenas y Mauricio Reina, interesante como siempre. Luego hubo una presentación de la gobernadora Dilian Francisca Toro y el alcalde Alejandro Eder. Ambos destacaron sus programas de gobierno y resaltaron su trabajo coordinado sobre la seguridad y el Tren de Cercanías, su conectividad inicial entre Cali-Jamundí y sus futuras ampliaciones a Yumbo, Candelaria y eventualmente Palmira.
Aunque para algunos pasó desapercibido, la gobernadora manifestó que la vía Mulaló - Loboguerrero había naufragado. Comprendo la importancia del tren metropolitano para la movilidad ciudadana. La conectividad entre el sur, el norte y el oriente de Cali es prioritaria y fundamental, pero igualmente prioritaria, es la construcción de la vía Mulaló - Loboguerrero para la competitividad de la región.
Cali ha progresado empresarialmente, en buena parte, por ser un puerto seco, debido su proximidad al puerto más importante de Colombia sobre el Pacífico, Buenaventura. Desempeña la misma funcionalidad de São Paulo y su puerto Santos, sobre el Atlántico. Hoy el flete más costoso por kilómetro de recorrido es el correspondiente a Cali - Buenaventura.
Ocurre que dicha obra fue asignada a una firma constructora y se estableció una fiducia por el valor de su construcción en el año 2015, o sea hace 9 años, casi una década. Se estaba discutiendo el valor actual de la obra para iniciar su ejecución.
Esta obra nos acerca en un poco más de 30 kilómetros a Buenaventura, pero además, la elevación máxima es de 1600 metros sobre el nivel del mar. Hoy los camiones tienen que ascender más de 1800 metros. Lo menciono porque la menor altura representa un menor costo de combustible. Cali y su zona de influencia incrementarían sustancialmente su competitividad sobre otras regiones, hoy vulnerada por la crónica inseguridad del Cauca. Además, ayudaría a descongestionar tránsito de la antigua carretera al mar.
La Gobernadora nos habló de la posible rehabilitación del ferrocarril, lo cual se ha realizado en el pasado, por lo tanto, no es una novedad. Lo hemos visto en funcionamiento por períodos muy cortos. Recuerdo la publicidad que se le hizo a las nuevas locomotoras en una ocasión. Se debe tener en cuenta que la línea férrea es de trocha estrecha. Hoy los ferrocarriles son de trocha ancha, lo cual introduce limitaciones graves. Es una ingenuidad pensar que sustituye lo que hoy se transporta por carretera. Se trata de un distractor político.
¿Qué harán el grupo regional parlamentario y los políticos locales, al respecto? ¿Tendrán el mismo espíritu que los antioqueños y costeños, cuando se esfuman los proyectos de infraestructura regionales importantes? ¿Cuál será la actitud del empresariado?