Aunque el dicho popular dice que para bailar se necesitan dos, algunas veces son necesarios tres para bailar bien. Ese es el caso del publicitado Pacto por Crédito que hicieron el gobierno y los banqueros con el objetivo de aumentar los recursos de crédito para sectores estratégicos de la economía, como, la agricultura, la vivienda, el turismo o las energías renovables. No va a funcionar porque falta un tercero, el Banco de la República (BR).

El Pacto fue el resultado de una negociación afortunada para reemplazar la inútil idea del gobierno de las inversiones forzosas con el compromiso de los bancos de aumentar la oferta de crédito, inyectando $55 billones en nuevos créditos a esos sectores estratégicos. Difícil que se haga realidad si no hay demanda efectiva de crédito.

La idea del Pacto, lo mismo que la de las inversiones forzosas, parten de una realidad cierta y un diagnóstico equivocado: El hecho real es que el crédito está estancado y no están legando suficientes recursos a la economía. Hasta julio, la cartera bruta de crédito del sistema financiero había crecido solo $9 billones, lo que equivale a un 1,4% en términos nominales, es decir, que descontando la inflación se había reducido un 5%. Ninguna economía puede crecer sin nuevos créditos. Tiene razón el gobierno en buscar aumentarlo.

El error de diagnóstico es atribuir la parálisis del crédito a un problema de oferta, es decir, a la falta de recursos para prestar, cuando lo cierto es que el problema es falta de demanda efectiva. Los bancos tienen abundante disponibilidad de plata para prestar, pero no tienen suficientes solicitudes de crédito, o las que hay son de clientes que no muestran capacidad de pago. No tiene razón el gobierno en pensar que aumentando los recursos va a aumentar el crédito.

En efecto, en el último año los depósitos del público en las entidades financieras (descontando las reservas para encaje que los bancos tienen que congelar) crecieron $42 billones -un 6,7%-; es decir que la banca se ‘encartó’ con $33 billones que tuvo que buscar donde invertir y que los hubiera podido prestar si hubiera suficiente demanda efectiva de crédito.

Son varias las razones para la falta de demanda de crédito, pero sin lugar a dudas una de las principales es la política del BR de mantener alta su tasa de interés, con el propósito expreso de desestimular el crecimiento del crédito, y lo ha logrado con mucho éxito. Con el nivel actual de las tasas de interés, menos familias solicitan crédito para comprar vivienda o vehículos, y menos empresarios quieren endeudarse para nuevos proyectos productivos.

Aquí es donde se necesita el tercero en el baile porque si el BR no participa en el Pacto bajando sus tasas, la pareja gobierno-banqueros no va a poder bailar. El BR ha sido lento en disminuir su tasa, máxime con los datos de inflación del mes de agosto, pues la inflación ha bajado de 13,34% a 6,12%, y la tasa del BR solo ha bajado de 13,25% a 10,75%. ¿Qué espera para hacerlo?

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Adenda: Asombroso el doble discurso de quienes exigen reducir el déficit fiscal, pero apoyan la exigencia de los empresarios del transporte de que el gobierno no suba el precio del diesel. No es sorprendente porque son los mismos que lo tuvieron congelado y crearon el problema.