Esta consigna salió ganadora: “Me llamo Gustavo Petro y quiero ser su presidente”. Los invitados a la posesión son la ‘jai’ del momento, las invitaciones se agotaron y hay 2587 peticiones fallidas. Mucho exmilitante del Moir, la Juco y el M-19 quiere estar en la fecha inolvidable: cuando los indígenas, los afros, Fecode, el pueblo y los sindicalistas tesos empezaron a gobernar. Para eso tengan prudencia, buen genio y escojan gente capaz.
El domingo veré por la televisión el ‘show’ de la transmisión, ojalá no repitan lo bochornoso del 20 de julio que fue ordinario. Veremos a don Roy Barreras como gran gurú del parlamento, dueño del poder Legislativo porque hizo el matrimonio del santismo con el petrismo y de este con el gavirismo. No lo hizo gratis, será candidato presidencial 2026 junto a Iván Cepeda, Peñalosa y Benedetti.
Para posesionarse, Petro vestirá un sacoleva porque ese traje no es propiedad de la derecha burguesa, es cómodo y lo usaron López Michelsen y Misael Pastrana al jurar presidencia. Los recién llegados al petrismo del gavirismo, del santismo y del samperismo vestirán traje oscuro a rayas y corbata, otros invitados usarán el traje Chic Guevara con fotos de Fidel, Tirofijo, Raúl Reyes & Cia.
Regia fiesta musical la posesión de Petro, sonarán baladas de Carlitos Puebla, Silvio Rodríguez y de Pablo Milanés hoy repudiado por el ‘mamertismo sectario’ cubano. Los invitados de Petro, de Francia Márquez, Benedetti y Roy aún socialistas, cantarán La Internacional y una nota salsómana del Grupo Niche.
Viene un rey Borbón, Felipe Sexto que abandona sus vacaciones marineras en el Mediterráneo, en Palma De Mallorca y toma avión 10 horas hasta Bogotá, viene solitario, sin su esposa Letizia, por venir a la posesión. Bienvenido su Majestad y valoramos el esfuerzo y el largo viaje, ojalá que no lo jodan las entradoras mujeres a pedirle fotos selfie. Qué respeten. Punto.
El domingo leeré una biografía de mi entrañable José Pardo Llada, un siete de agosto el cubano-caleño periodista y exembajador viajó sin regreso. En Cali, en ‘la escuelita’, en el Club Noel, en la hinchada del Deportivo Cali, en la Fundación Carlos Sarmiento Palau y en El Cottolengo, le tienen grandes afectos al inolvidable Pardo Llada. Buenas, buenas. Elsy Calderón y este servidor les invitamos, en homenaje al amigo Pardo Llada, a escuchar siete veces La Guantanamera, les da nota alegrona y colorín colorao.