Este martes 20 de febrero, Cali y el Pacífico colombiano recibieron la maravillosa noticia de que serán la sede de la COP16, que es la cumbre más importante para discutir y negociar las estrategias para salvaguardar la diversidad biológica mundial. Este importantísimo evento, organizado por las Naciones Unidas, se celebrará del 21 de octubre al 1 de noviembre de este año.
Ciento noventa países estarán participando en esta oportunidad; es decir, tendremos al mundo visitando a nuestro país y a la Sucursal del Cielo este año. Seremos el centro de atención, pero también tendremos la responsabilidad de ser los anfitriones para más de 12.000 personas, que se estima sería la asistencia que generaría esta convocatoria global.
Cali ha vivido tiempos difíciles en los últimos años: tensiones sociales, polarización política, desgobierno y dificultades para generar oportunidades de ingreso y trabajo.
Aunque debo reconocer que hoy se respira en la ciudad un nuevo aire de esperanza, no podemos negar que el pasado reciente ha sido duro para los caleños.
En buena hora llega la COP16, que, creemos, puede ser un punto adicional de inflexión para nuestra ciudad. Será un vehículo para unirnos como sociedad, para recuperarla y reconciliarla. Será el reto que nos obligará a descubrir los puntos en común que tenemos para salir adelante. Será el motivo perfecto para recuperar el civismo tan añorado y comentado por nuestros mayores y tan reconocido por el resto del país en el pasado. Será el momento de mostrarnos a nosotros mismos y al mundo entero de qué estamos hechos y cómo al unirnos como sociedad podemos lograr lo impensado.
Unirnos, reconciliarnos y seguir caminando hacia la recuperación de nuestra sociedad, ya sería en sí mismo un fin y un logro colosal, pero las cosas buenas que traería esto para nuestra región no culminan ahí. La COP16 implicará un impacto para la economía de casi 21 millones de dólares; es decir, cerca de 87 mil millones de pesos. Miremos:
Para un evento de tal magnitud se requiere una inversión estimada de 3,5 millones de dólares, de los cuales el 60% se vería reflejado en mayor demanda de servicios logísticos y empleo para la economía local.
Según el gremio hotelero Cotelco, capítulo Valle del Cauca, se espera que la ocupación hotelera alcance el 84% en el mes del evento. También se beneficiarán otros sectores económicos como el gastronómico, el cultural, el comercial y el de transporte, para atender la demanda de servicios turísticos.
Lo anterior significa un impacto aproximado adicional de 19 millones de dólares y se debería contratar a casi 4000 personas adicionales, lo que contribuirá a la generación de empleo y al desarrollo social de la región. Esto sin contar los enlaces y negocios que se pueden generar al convertir a Cali en el epicentro de las discusiones de la biodiversidad mundial.
Lo cierto es que este puede ser el evento más importante que se ha celebrado en la historia de nuestra ciudad. Los Juegos Panamericanos, que dejaron una huella imborrable y de los cuales hemos hablado por generaciones los caleños, fueron maravillosos, pero la COP16 llevará nuevamente a la ciudad y a la región a otro nivel.
La ciudad emergerá unida, reconciliada, próspera, con un nuevo estado de ánimo… recuperando su dignidad.