En 2023, China recuperó el primer lugar que tenía en 2019 como el mayor consumidor de turismo internacional, con 196 mil millones de dólares, una cifra que solo representa el 60 % de antes de la pandemia. Esta tendencia se acentuó en 2024 en la medida en que se restablecen las rutas aéreas directas, algo que realmente comenzó en abril del año pasado cuando el gobierno central levantó las restricciones a los viajes turísticos de llegada y salida. Según Sabre, antes de la pandemia, el turismo chino representaba el 17 % del gasto mundial por ese concepto gracias a 155 millones de viajes y 245 mil millones de dólares gastados.

El turismo mundial aún no ha llegado al nivel prepandémico, no solo por los prolongados efectos de la crisis sanitaria, sino también por la guerra en Ucrania. De todas formas, la recuperación global de viajeros solo es posible con China, ningún otro país tiene tanta población en clase media con capacidad de gastar. Estados Unidos en 2023 está 50 mil millones de dólares por debajo de China.

En China, el turismo doméstico tuvo una recuperación más rápida porque las medidas restrictivas contra el covid permitieron mantener la seguridad sanitaria que se fortaleció con la vacunación. Para el año nuevo de 2021, el país seguía cerrado, pero los chinos viajaban copiosamente dentro del país.

La apertura del país al turismo a finales de marzo de 2023 marcó el inicio de dos tendencias: China como destino y China como origen del turismo. Como destino se ha ido recuperando, apoyada en estrategias como la simplificación o eliminación de los visados a algunos países, especialmente de Asia y Europa, la variedad de la oferta turística china, la calidad de su infraestructura, la excelencia del nivel y el increíble costo de los hoteles tanto de marcas chinas como internacionales.

Pero es China como país de origen de los turistas lo que llama la atención.

Actualmente, el 90 % de los chinos que viajan al exterior lo hacen al Asia del Este y el Sureste. Eso no deja mucho margen para el resto del mundo.

El 2024 marca un fuerte repunte del turismo chino al exterior. Según Sabre, a junio el repunte general es del 400 % y para algunos destinos llega a ser del 2000 %. Entre los factores que inciden en la decisión de viaje de los chinos está la reducción de los costos de los tiquetes internacionales, la diversificación hacia un gasto más en experiencias culturales que en compras, la facilidad o exención de visa y la distancia.

Un informe de Economist Intelligence de marzo pasado habla de la recomposición del gasto del turista chino en Japón. En 2019 el 51 % eran compras, ahora solo es el 37 %, la diferencia se fue hacia pagos por experiencias culturales y entretenimiento. El mercado chino es creciente, no solo por la solidez económica del país que mantiene una perspectiva del 5 %, sino porque solo el 14 % de los chinos tienen pasaporte, lo que indica un margen amplísimo en la medida en que más gente ingrese a clase media.

El turismo ha sido la gran quimera de los negocios con China, pero no basta con predicar las ventajas de la cultura y el paisaje de Colombia. Hay que entender por qué viaja y en qué gasta cuando viaja el turista más apetecido del mundo, debemos esforzarnos para analizar las tendencias y adaptarnos a ese gusto.

Para que sea verdad que el riesgo de Colombia es que se quieran quedar, primero deben querer venir y en eso debemos madurar para que el eslogan sea realidad.