En la semana que termina se llevó a cabo el evento titulado: ‘Colombia a los ojos de Wall Street’, una excelente oportunidad para mirar nuestra situación en perspectiva y contrastar la mirada colombiana con la de observadores externos, incluyendo las calificadoras de riesgo. En buena medida la discusión giró alrededor del recién presentado Marco Fiscal de Mediano Plazo, que es la carta de navegación del país en los temas fiscales. Aunque con diferencias de opinión los analistas coinciden en que se trata de un documento detallado y bien estructurado que permite una discusión fundamentada. Incorpora planteamientos importantes para los inversionistas como afirmar que no habrá mas reformas tributarias en lo que queda de este gobierno y que el éxito del mismo dependerá, en buena medida, de la dinámica que pueda generar el sector privado que será el motor económico de los próximos años. Las expectativas del gobierno, como sería de esperar, son bastante optimistas, pero aún en los escenarios ácidos de los expertos se podría conseguir un crecimiento más moderado, pero crecimiento al fin y al cabo.
Coinciden los analistas en que mucho dependerá de que se puedan cumplir las metas de reducción en el gasto público y en que se pueda desarrollar exitosamente el programa de privatizaciones. Evidentemente la volatilidad de la economía internacional puede alterar cualquier proyección y eso no depende del gobierno, pero sí el lograr una relación armónica con el Congreso y con las altas cortes, lo que será fundamental para alcanzar estas metas. De otra parte, las debilidades más marcadas de la economía en los próximos años tienen que ver con el déficit de la cuenta corriente, ante el muy pobre crecimiento de las exportaciones no tradicionales, y los interrogantes que presenta el mercado de los energéticos. Por lo demás, el bajo crecimiento, sumado a fenómenos extraordinarios como el de Venezuela, convierten al desempleo en la mayor vulnerabilidad social y económica del país.
Es decir, lo que hay son desafíos que pueden superarse con éxito o ponernos en aprietos si no se logran las condiciones que promuevan la inversión y generen el empleo formal que permita avanzar en la consolidación de la clase media que requiere Colombia.
Ahora bien, ¿será que en ese escenario es conveniente insistir en temas como el de la prima extraordinaria para los trabajadores, o dejarnos llevar por obsesiones como las del referendo para desmontar la JEP después del desgaste institucional y político que hundió las objeciones Es evidente que hay personas que han sido incapaces de ‘pasar la página’ de los acuerdos de la Habana y seguramente no van a ser capaces de hacerlo. Seguirán insistiendo con temas como el de las firmas para el referendo que ahora promueven y están en su derecho de hacerlo. Lo que no puede ocurrir es que el Presidente caiga en esa trampa. Él lo que tiene que hacer es mirar hacia adelante y conducir al país en un período muy desafiante como lo muestra su propio diagnóstico. No puede dejarse llevar por aquellos que solo miran para atrás.