Los espíritus democráticos entienden que, en el sistema de gobierno desarrollado a partir de la Revolución Francesa, hay que saber ganar y hay que saber perder. Inobjetable ha sido la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones norteamericanas del pasado 5 de noviembre. Solo los necios disputan los hechos.

Por la trascendencia de esa elección, surgen por todas partes explicaciones para entender lo que pasó. Este columnista acoge la conclusión a la que llegó el diario New York Times: la culpa fue de Biden.

Desde un año antes de la elección se conocía el precario estado de salud del presidente Biden. Desde todos los rincones se le comenzó a aconsejar que se retirara de la contienda para convocar una Convención Demócrata que escogiera el candidato. Pero Biden desoyó todas las voces sensatas y continuó en su empecinamiento.

Entretanto en la orilla republicana, el atropellador Donald Trump arreciaba su campaña de retos, insultos y mentiras. En ese camino, Trump llevaba un par de años, pero solo cien días antes de la elección Biden accedió a retirarse. A la admirable Kamala Harris le tocó hacerse cargo del asunto en franca desventaja.

Con la elegancia personal que la caracteriza, Kamala Harris reconoció rápidamente su derrota, habló con su contrincante y le garantizó al presidente electo una transición pacífica y civilizada. Todo lo contrario de lo que el magnate neoyorquino hizo a comienzos de 2021.

La vicepresidenta Harris demostró sin lugar a dudas su auténtico talante democrático. Estamos seguros de que, si ella persiste y el partido demócrata supera las flaquezas que deja el cuatrienio Biden, Kamala Harris puede ser la presidenta número 48 de los Estados Unidos en 2028.

Hay que saber perder. Gravita sobre todo el mundo hispano el paso a la tiranía definitiva que dio el madurismo cuando en Venezuela se desconoció el apabullante triunfo del candidato Edmundo González.

Todo el planeta está pendiente de lo que sucederá el 10 de enero de 2025, fecha en la cual debe posesionarse el electo Edmundo González. Para Nicolás Maduro la opción es clara: o se convierte en el ‘okupa’ de Miraflores o entra al lugar que la historia le tiene guardado cualquiera que él sea.

En otra latitud, el presidente español Pedro Sánchez debe honrar su credo democrático y cesar en su juego de aliarse con todos o con cualquiera para continuar aferrado al poder. Son ya demasiados escándalos los que lo rodean y lo más aconsejable para España es convocar elecciones. En ellas el pueblo decidirá si continúa el PSOE y su constelación de aliados.

No solamente hay que saber perder. También hay que saber ganar, con apego a las normas y con respeto a la limpieza de los comicios. Desde luego que estamos hablando de lo que ocurrió en Colombia en 2022.

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Posdata: El crecimiento de las ciudades desvela al mundo. India, por ejemplo, se enfrenta al problema de administrar conglomerados urbanos de cuarenta y más millones de personas. La población que rodea a los Ángeles en Estados Unidos ha llegado a niveles preocupantes. Por ello hay que preparar el futuro. Es ineludible el apoyo al Área Metropolitana del Suroccidente y al Tren de Cercanías, grandes proyectos en los que están comprometidos el departamento del Valle del Cauca, el norte del departamento del Cauca, Cali y los municipios aledaños.