Antes de hablar de la inteligencia artificial y su posible relación con la pérdida de valores de la sociedad, me permito resumir a continuación una historia anónima que me llegó, por cierto, de manera virtual:

“Cierto día, entré apurada a un restaurante. Escogí una mesa bien alejada del movimiento, porque quería aprovechar los pocos minutos que tenía para comer y concretar algunas ideas que estaba desarrollando.

Abrí mi portátil y ya me disponía a trabajar, cuando sentí una suave voz que me decía: -Señora, ¿tiene una moneda para darme? -No, no tengo, pequeño, contesté. -Solo una monedita para comprar un pan. -Está bien, ya te compro uno.

Después de responder varios correos, me quedé sumergida en las redes sociales viendo centenares de mensajes de personas que ni conozco personalmente y que figuran como mis amigos. -Perdón, señora, ¿puede pedir que le pongan al pan mantequilla y queso? Entonces me di cuenta de que el pequeño seguía estando a mi lado, lo había olvidado por completo.

Cuando llegó mi comida, mi conciencia me llevó a invitar al niño a que comiera conmigo y le pedí que en lugar del pan, le trajeran un buen almuerzo. Entonces el niño se sentó frente a mí y preguntó: -¿Qué está haciendo? -Estoy revisando mensajes enviados por muchas personas vía Internet.

-¿Usted tiene Internet? -Sí, claro. Es esencial en el mundo de hoy. -¿Y qué es Internet? -Es un lugar en la computadora donde podemos ver y oír muchas cosas, noticias, música, conocer personas, leer, escribir, soñar, trabajar y aprender. Tiene de todo, pero en un mundo virtual.

-¿Y qué es virtual? -Virtual es un lugar que imaginamos, algo que no podemos tocar, ni alcanzar, donde guardamos mucha información y además creamos un montón de cosas que nos gustaría hacer. Creamos nuestras propias fantasías y podemos transformar el mundo como quisiéramos que fuese. -Que bien, me encanta, responde el pequeño.

-¿Entonces sabes lo que es virtual?, pregunta la señora. -Sí, señora, porque yo también vivo en ese mundo virtual. Mi madre pasa todo el día fuera de casa, llega muy tarde, agotada y casi que no la veo. Yo paso mucho tiempo cuidando a mi hermano pequeño que vive llorando de hambre. Mi hermana mayor sale todo el día a trabajar y mi padre no vive con nosotros hace mucho tiempo. Y yo siempre me imagino a toda mi familia junta en casa, con mucha comida, muchos juguetes y yendo a la escuela para algún día poder ser un gran médico. ¿Acaso no es eso virtual?”.

Sin desconocer todos los beneficios que genera la virtualidad y ahora la inteligencia artificial, debemos tomar conciencia de la preservación de la ética, de lo humano, de la sensibilidad, de la bondad, de la lealtad, entre muchos otros valores humanos; porque sin darnos cuenta, es probable que todas estas modernas tecnologías nos vayan distanciando cada vez más de nuestra esencia como seres humanos.

Desafortunadamente, para una gran mayoría de la sociedad, lo virtual es ese mundo insensato de apariencias en el que muchos viven todos los días, mientras no perciben la realidad que nos rodea.