Álvaro Uribe tenía los ‘consejos comunitarios’ y Hugo Chávez, ‘aló, presidente’, los dos programas coincidían los sábados por la tarde y de pura desocupación, yo alternaba Señal Colombia con Venezolana de Televisión y me daba a la ingrata tarea de comparar los dos estilos y los dos contenidos. Tremendo plan.
La sorpresa era encontrar que eran iguales: desde un pueblo, encaramado en una montaña colombiana, un campesino pedía la palabra y solicitaba que su vereda fuera incluida en un distrito de riego. Y por el otro canal, desde un pueblo perdido en la llanura venezolana, un campesino pedía la palabra y solicitaba un tractor para su comunidad.
A continuación Uribe le ordenaba a su ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, que se reuniera de inmediato con el campesino para darle solución a la petición y al mismo tiempo Hugo Chávez llamaba a su ministro Jessie Chacón y le ordenaba que de inmediato le asignara 10 tractores, los aplausos acá y allá eran a reventar.
Ambos teleteatros duraban en promedio de 4 a 6 horas y al comienzo los auditorios estaban repletos, pero al cabo de un rato solo quedaban los funcionarios que tenían que sacrificar sus sábados para ser los anfitriones de los gobernantes que venían de las respectivas capitales. Años después los dos campesinos, en Colombia y Venezuela, siguen esperando el distrito de riego y los tractores.
Durante un año, Iván Duque tuvo ‘prevención y acción’, somnoliento programa, que al comienzo era sobre el Covid-19 y luego se transformó en una alocución diaria sobre temas de gobierno; ahora tenemos el nuevo show presidencial ‘gobierno con los barrios populares’, más de lo mismo: en vivo y en directo por RTVC, el presidente sube a una tarima, regaña y pasa al tablero a sus ministros (igual que Uribe y Chávez), deja que el público hable, pida de todo y se sienta escuchado, pero es el mismo esquema de siempre.
En Barranquilla, Petro anunció la instalación de paneles solares en los techos de las viviendas costeñas y en Cali tuvimos el último episodio: entre otras un espontáneo saltó del público y pidió becas para los presos de la primera línea y que les validaran varias materias que ya habrían aprobado por su experiencia carcelaria, otro pidió la Universidad Popular de Oriente y el auditorio estalló en aplausos; a todo el Presidente dijo que sí y volvió a amenazar con otro estallido de violencia si sus reformas no son aprobadas. Ya tenemos aprendido el libreto.