Entre la catarata de noticias que produce todos los días este mundo loco aparece, de vez en cuando, el término COP16, que en un país que estuviera pensando seriamente en sus potencialidades y fortalezas sería un tema al que se le estaría dando mucha más atención.
En el bombardeo de escándalos, noticias y ocurrencias de Petro, el tema pasa desapercibido para la inmensa mayoría de los colombianos. Pues bien, ya estamos cerca de que se lleve a cabo y para Cali será un desafío lograr que todo salga bien, pero también una oportunidad. Será posible poner en el radar de quienes lideran los temas relacionados con la biodiversidad el potencial que tiene Colombia y en particular el suroccidente colombiano en este campo.
Son muchas las advertencias de los científicos que, desde hace tiempo, vienen planteando sobre los riesgos, pero también las oportunidades, que se plantean por cuenta de las alteraciones que el hombre ha venido ocasionando tanto en lo climático como en este menos evidente de la biodiversidad. La desaparición de especies no es solo algo sentimental para los observadores de pájaros, por solo mencionar un caso, sino que la alteración en las migraciones y el crecimiento desbordado de algunas especies termina teniendo impactos significativos en la producción de alimentos, por ejemplo, y también en los resultados económicos de las producciones agrícola y pecuaria. El tema es, sin duda, importante.
Son 168 los países que han suscrito el convenio y desde 1993 vienen trabajando en el tema. La mayor parte de ellos tendrán representación en la reunión de Cali y lo importante es que se logren avances en lo que se ha propuesto como objetivos del evento: 1) Implementar el Marco Global de Biodiversidad acordado en 2022, 2) Movilizar recursos, 3) Promover la inclusión de la sociedad y 4) Desarrollar un mecanismo equitativo para el reparto de los beneficios derivados de la biodiversidad. Los avances concretos en este tipo de eventos son muy difíciles de percibir pues, normalmente, son solo pasos en procesos de negociación complejos que involucran un sinnúmero de actores. Sin embargo, es el camino que el mundo ha encontrado para caminar en la dirección correcta.
Más allá de los elementos formales de la reunión, este tipo de eventos se prestan para que a su alrededor se desarrollen un sinnúmero de eventos relacionados y será una oportunidad, no solo para Cali, sino para el país, para acercarse a estos largos y enmarañados procesos de las negociaciones internacionales que, al final, definen la agenda global en muchos frentes con consecuencias en las normas nacionales.
Ojalá, Petro sea capaz de controlarse en sus peroratas, pero hay que estar preparados para que trate de lucirse como líder planetario y termine especulando en su discurso sobre el polvo de las estrellas o alguna otra elaboración de su desbordada imaginación. En fin, eso terminará siendo anecdótico y lo importante es que Colombia y en particular el Valle del Cauca se luzca en un evento que, sin duda, tiene una trascendencia global y puede traer muchas consecuencias positivas para una región y un país con tantas potencialidades.