La política caleña del momento es Catalina Ortiz, que acaba de anunciar que no se lanzará más al Congreso de la República para dedicarse -con toda- a apoyar a Sergio Fajardo en su contienda presidencial. Es joven, carismática, juiciosa y aguerrida. Quiere ser alcaldesa y fue la que hizo pública la foto de Gustavo Petro con su combo, almorzando con el alcalde Jorge Iván Ospina y los suyos, en el delicioso Platillos Voladores en el marco de la Feria del Libro de Cali.
Lo primero que hay que decir es que no tiene razón alguna el bullying que le han hecho al restaurante. Estos lugares abren sus puertas sin distingo ideológico a unos y otros. Y punto. No es sino darse una vueltica por Bogotá un martes cualquiera para ver quién se reúne con quién al calor de un almuerzo. Y nadie critica a los restaurantes bogotanos pero a este, por atender al alcalde y su invitado, sí le han dado palo injustificadamente. Mal. La cosa no es por ahí.
Catalina Ortiz fue la que publicó la foto del encuentro ‘literario’. Eso fue lo que dijo la jefe de prensa de Petro: que había sido almuerzo para hablar de literatura. De hecho, estuvo presente Juan David Correa, editor de Planeta.
Pero, ¿de verdad pretenden que creamos que Petro y Ospina se sentaron meramente a hablar de libros en plena contienda presidencial, pudiendo hablar de política, de candidaturas, de los votos en Cali, de las veces que Hollman Morris -quien estaba en el almuerzo- ha ido a Puerto Resistencia, de las alianzas tan apetecidas por estos días, de esto y de aquello? Pensar y decir que dos políticos a estas alturas se sientan a hablar solamente de literatura es insultar a los dos políticos y, por ahí derecho, a todos nosotros.
Ahora, ¿le traerá problemas al alcalde en ejercicio reunirse con un candidato presidencial? Eso lo dirá la procuradora que ya recibió una denuncia formal por el almuerzo y que ya le tiene carpeta a Jorge Iván Ospina -esta sí muy seria- por el desastre en que se convirtió Cali ante la mirada de un alcalde que vio su ciudad arder mientras cruzaba los brazos. Un almuerzo no es invitar a alguien a votar por un candidato. No es hacer proselitismo. Lo grave de Ospina no es que almuerce con Petro.
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