A muchos viejos (¿mayores de 60?, ¿80?) los embiste la tecnología. Algunos se retiraron antes de la aparición de los teléfonos inteligentes. No es infrecuente la ‘resistencia orgullosa’ a aceptar avances que los mantendrían más conectados e independientes.

Muchos otros han entrado presionados por familia y amigos, sin hacer un proceso educativo sobre los riesgos. Claro que ‘educación’ no es la palabra que más brilla cuando se considera la forma cómo la mayoría usan la tecnología. La cultura, la urbanidad o el simple sentido común para respetar a los demás no viene en los chips.

El problema de la pobre educación de los viejos sobre los peligros de la tecnología, ha adquirido visos dramáticos. En el gran país de la estadística, solo en el último año le esquilmaron a los viejos 3.000 millones de dólares. Eso es el 20% del presupuesto de salud de Colombia. Los viejos son blancos ideales para la estafa porque son confiados, tienen ahorros y vivieron en un entorno que no requería tanta malicia. Los principales engaños han sido con ofertas de inversión, timos de soporte técnico, ofertas amorosas y falsos funcionarios oficiales.

Las recomendaciones de prevención se repiten hasta el cansancio, pero no parecen llegar a quienes las requieren: no dar clic en archivos adjuntos, no recibir llamadas de desconocidos que suelen ser o muy amables o amenazantes, no entregar datos personales, no dar clic a ventanas emergentes, no dejarse presionar con ‘urgencias’ y no hacer ningún tipo de pago que no esté registrado en su banco.

Si cree que cayó, infórmele a familia y policía con la mayor cantidad de detalles posibles.

En Colombia el fraude digital se triplica cada año y un tercio de los usuarios ha sido atacado. El incremento de trampas con las ayudas de inteligencia artificial va a ser exponencial. Ya la tecnología está disponible y a la mano de miles de delincuentes. Entre más presencia tenga en redes sociales, más probabilidad hay de que lo conozcan, lo falsifiquen y lo tumben o lo usen para robar algún familiar de edad con recursos. Un exdirector de la CIA y el FBI cuenta en un video como cayó en un ciberfraude, para demostrar que nadie es inmune.

El peligro es tan grande que hay expertos que pronostican el fin de internet, como lo conocemos. En la medida en que la IA se sofistique, el mundo digital será intransitable.