La eliminación de los subsidios a la tasa de interés de los deudores del Icetex que están en periodo de pago es una tragedia para cerca de 186 mil estudiantes que habían visto en el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior la posibilidad de acceder a una carrera profesional que les permitiera tener más herramientas para poder vislumbrar un mejor futuro para ellos y sus familias.
Resulta que, tal como se les está notificando a través de correos, a partir de la fecha, para cancelar sus créditos a la entidad deberán asumir una tasa de interés efectiva anual de entre 12 % y 17 %, lo que, según ha denunciado la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior, Acrees, en la práctica se traducirá en cuotas que se incrementarán hasta en un 50 % en algunos casos.
Esta es una situación que evidencia una vez más cómo la Administración de Gustavo Petro no solo ha incumplido sus promesas de campaña, que al fin y al cabo eran solo eso, promesas, sino las obligaciones adquiridas ya desde la Casa de Nariño con varios sectores del país, entre ellos los estudiantes, a quienes les había asegurado que habría una condonación total de sus deudas con el Icetex y que este sería sometido a una profunda reforma para que respondiera a las reales necesidades de sus beneficiarios.
Es cierto que, tras dos años y medio en el poder, el actual Ejecutivo está sumido en una grave crisis fiscal. Pero antes de empezar a ordenar recortes presupuestales aquí y allá, los encargados de manejar las finanzas públicas deberían revisar, por ejemplo, la excesiva carga burocrática de varios ministerios y demás entidades adscritas a la Presidencia de la República, así como los desbordados gastos en los que incurren varios de ellos, lo que sin duda contribuiría a disminuir el déficit de recursos que enfrenta la Nación.
Porque la impresión que está dando este Gobierno, desde el año pasado, cuando el Congreso desistió de aprobarle la reforma tributaria, es que la definición de los programas a los que ‘se le pasará la tijera’ no se estaría tomando en razón de su mayor o menor importancia o de la gravedad de las consecuencias que dicho recorte podría generar, sino pensando en sectores de los que se esperarían pocos reclamos, dado que siempre han respaldado al hoy Presidente, como es el caso de los estudiantes.
Un proceder errático, que ya tuvo un antecedente en diciembre 2024, cuando universidades, alumnos y padres de familia demandaron con éxito la solidaridad de diversos ámbitos políticos, incluidos congresistas, y medios de comunicación y líderes de opinión para impedir que el Icetex disminuyera de 63.000 a 10.000 los créditos disponibles para los jóvenes que iban a iniciar una carrera profesional este año. Ante la presión, esa decisión fue reversada por la entidad, que además anunció que las tasas de interés de los deudores pasarían del IPC+4 % al IPC+2 %.
Pero resulta que justo el Gobierno que se dice cercano a los estudiantes, ahora decidió eliminar ese subsidio para aquellos que están en periodo de pago de esos créditos, amparado en la crisis fiscal. ¿Será que el Ejecutivo no se da cuenta de que su deseo de arrinconar la educación privada del país le está negando a cientos de jóvenes colombianos la posibilidad de proyectarse un futuro más prometedor, lejos de la violencia y la pobreza?