La decisión que tomen hoy los ciudadanos de siete municipios del Valle y Cauca sobre su inclusión o no en el Área Metropolitana del Suroccidente de Colombia, Amso, será determinante para su futuro. En la consulta popular podrán expresarse sobre la unión regional, ojalá con el suficiente conocimiento sobre lo que significa y con una participación numerosa de votantes para que se le dé validez a esta jornada democrática.

Cali, Jamundí, Palmira, Candelaria y Dagua por el Valle, así como Puerto Tejada y Villa Rica por el Cauca, son las poblaciones que dirán en las urnas si están de acuerdo o en desacuerdo con hacer parte de la Amso. El camino comenzó un año atrás cuando el Congreso de la República aprobó, por solicitud de los alcaldes interesados, la realización del referendo para la conformación de un área metropolitana en esta parte del territorio nacional, un proceso que ya se ha adelantado con mayor o menor éxito en otras regiones colombianas.

Con el cambio de gobiernos locales a principio del año, la que debió ser una promoción intensa, en la que se brindara información clara a la ciudadanía y se le invitara a ser partícipe de la decisión, pareció quedar relegada. Si bien debe reconocerse el compromiso de algunos alcaldes por sacar adelante la iniciativa en los últimos meses, otros no parecieron darle importancia o promovieron abiertamente el No en sus localidades. Es la posibilidad respetable que brinda hacer parte de un Estado democrático, donde prevalece la libertad y manda la voluntad popular.

Con problemas compartidos y entendiendo que el crecimiento, las interacciones cotidianas y los problemas comunes han acercado cada vez más a Cali y a las poblaciones colindantes, conformar el Área Metropolitana del Suroccidente de Colombia parece ser el camino más expedito y favorable para encontrar soluciones conjuntas.

La posibilidad de articular la ejecución de proyectos que signifiquen desarrollo para los entes territoriales vecinos, de diseñar estrategias de movilidad o tomar decisiones sobre asuntos como la seguridad, mientras se unen esfuerzos para realizar las obras de infraestructura tantas veces aplazadas, se podría facilitar con la conformación de la Amso. Es darle una mirada más amplia a una región que ya está unida y que necesita cohesión administrativa y financiera para progresar.

Las inquietudes sobre la autonomía que conservarían los municipios son válidas, si bien las normas que rigen la conformación de las áreas metropolitanas, sus alcances y las disposiciones generales son claras y están bien definidas en la Ley 1625 de 2013, sobre integración regional. Lo que se ofrece es un marco para que de manera conjunta, y en igualdad de condiciones, se tomen medidas sobre problemas o propósitos comunes. Es trabajar juntos por el progreso y desarrollo de todos.

Este domingo serán los ciudadanos quienes, de manera libre y consciente, decidan si quieren integrar el Área Metropolitana del Suroccidente. La invitación es a que quienes hacen parte del censo electoral acudan a las urnas, participen de este proceso democrático y validen con su voto -por el SÍ o el NO- la voluntad de las mayorías.