El reciente remezón ministerial, el tercero desde que Gustavo Petro asumió la Presidencia el 7 de agosto de 2022, puede ser el del último aliento para un gobierno que necesita recomponerse, recuperar la credibilidad y devolverles la confianza a los colombianos. Habrá que ver si la llegada de un curtido político a la cartera del Interior, una experimentada exfiscal a la de Justicia y los ascensos en Agricultura y Transporte, son los que lograrán el ‘cambio’ en los dos años que le quedan.

Como se le volvió costumbre al Primer Mandatario, los anuncios los hizo a cuentagotas y a través de trinos en la red social X. Así se enteró el país de la salida de Luis Fernando Velasco del Ministerio de la política, y de Néstor Osuna, quien acompañó desde sus inicios a este gobierno en el despacho de Justicia. De la misma forma dio la bienvenida a sus remplazos, Juan Fernando Cristo y Ángela María Buitrago, mientras notificó los nombramientos de Martha Carvajalino como nueva ministra de Agricultura, y de María Constanza García en Transporte.

Se trata, sin duda, de movidas pensadas para conseguir lo que no se ha logrado en la primera mitad del actual Gobierno Nacional, hoy fundido, como lo demuestran las encuestas de percepción ciudadana, por la imposibilidad de llevar a término las múltiples transformaciones a las que se comprometió, pero también ahogado por los escándalos de corrupción que se han sucedido casi desde los inicios del mandato de Gustavo Petro.

La designación de Cristo como ministro del Interior causó cierta sorpresa, tanto por su cercanía al expresidente Juan Manuel Santos como también por sus anteriores posiciones en contra de la posibilidad de hacer una constituyente. Lo que deja entrever su nombramiento es el pragmatismo al que ha querido recurrir el Presidente la República al escoger a un zorro curtido en los distintos escenarios de la política, que podría ayudarle a equilibrar a su favor la balanza en el Congreso cuando empiece el nuevo periodo legislativo.

La cuestión es si lograrán confiar el uno en el otro, si se pondrán de acuerdo entre llamar, y cuándo, a una asamblea constituyente que se ajuste a la Carta Política vigente, con lo que parece alinearse Cristo, o recurrir al poder constituyente, bajo los términos que quiere Petro. Si el Jefe de Estado y el recién nombrado MinInterior no encuentran pronto los puntos de consenso y de entendimiento, su relación estará condenada al fracaso, lo que le significaría al gobierno progresista enfrentarse a una caída en picada aún más acelerada que la que tiene hoy en día.

A la entrante ministra Buitrago le corresponderá gestionar la tan esperada reforma a la Justicia, que reclama el país desde hace años para conseguir que el aparato judicial sea más eficiente y responda a las necesidades de los colombianos. Ella, al igual que las nuevas jefes de las carteras de Transporte y Agricultura, quien tramitará la reforma agraria, son cercanas a Petro y su proyecto político, por lo que se espera sigan la hoja de ruta trazada.

Está por verse si estos son los cambios que necesita el actual Gobierno Nacional para recomponerse, mostrar resultados y corregir el rumbo en los dos años que le quedan. Para ello deberá entender los reclamos de ese 62% de los colombianos que hoy desaprueba la gestión del presidente Gustavo Petro.