Uno de los grandes desafíos que tiene Cali es recuperar plenamente el Sistema de Transporte Masivo, MÍO, que por múltiples factores se deterioró gradualmente en los últimos años hasta llegar a la situación lamentable que hoy enfrenta.
Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, la ciudad debe reclamar que la administración del alcalde Alejandro Eder le hunda el acelerador a todas las acciones y decisiones de fondo que se requieren para sanear financieramente el sistema, asegurar su sostenibilidad y, sobre todo, lograr que opere de forma eficiente.
Pero los ciudadanos también deben aportar en esa tarea crucial, y una parte de ello consiste en cumplir a cabalidad todas las normas que permiten el buen desempeño del MÍO, especialmente la que obliga a no utilizar los carriles creados exclusivamente para la movilización de sus buses. En medio del clima de anarquía que se apoderó de Cali en los últimos años, invadir esos carriles se había convertido en una costumbre habitual para muchos conductores de motos y carros particulares, e incluso para vehículos de carga.
La falta de control, y sobre todo de sanciones efectivas para los invasores, multiplicó esa conducta reprochable, a tal punto que hoy no son pocos los que se creen con el derecho de seguir haciéndolo impunemente. Por eso es muy positiva la instalación de las primeras dos cámaras de fotomultas que se usarán para detectar a quienes invaden los espacios exclusivos de circulación del MÍO.
Por ahora son solo dos, pero según lo que proyecta Metrocali, en los primeros meses del 2025 ya serán 40 en diferentes puntos críticos de la ciudad. Las mismas funcionarán con tecnología de punta e inteligencia artificial para detectar placas, reportar inmediatamente la violación de la norma y aplicar una multa que puede ascender a $620.000.
La utilidad de estos dispositivos, en realidad, se va a medir especialmente por el número de vidas que se protejan. Porque este año ya se han presentado once accidentes de tránsito entre vehículos particulares y buses del MÍO, debido a la invasión de los carriles del masivo. El año pasado, para estas mismas fechas, el número de accidentes ascendía a 29, pero los operativos que se han venido aplicando para controlar a los infractores han permitido reducirla.
Ahora bien, la Secretaría de Movilidad está llamada a ser mucho más efectiva para erradicar un problema que los caleños denuncian de forma continua: la invasión de los carriles mixtos que corren paralelos a los del MÍO. Hay casos realmente críticos, como el de la Calle 15, donde diariamente se crea una congestión insufrible debido a que la calzada derecha es utilizada como parqueadero público, o como zona de carga y descarga de materiales de construcción. Y, en esos casos, no se observan nunca guardas de tránsito que obliguen a despejar el carril.
Más allá de estas acciones coercitivas, se debe seguir apostando por la pedagogía ciudadana que se requiere para cumplir las normas. Solo así podremos recuperar esa ciudad ordenada y cívica que perdimos.