Donald Trump pasará a la historia como el primer expresidente de los Estados Unidos en ser imputado y arrestado por la Justicia de su país. También puede ser el único en repetir mandato, aun cuando esté acusado de graves cargos penales que incluyen delitos de espionaje, sí tal como lo indican las encuestas se convierte en el candidato de su Partido Republicano a los comicios presidenciales que se realizarán el 5 de noviembre de 2024.
El martes de la semana anterior será un día para recordar en la historia política del país norteamericano. Ese día Trump compareció ante la Corte Federal del Distrito Sur de Miami para escuchar los 37 cargos de los que se le acusa luego de que en su residencia de Mar-a-Lago, ubicada en el estado de la Florida se encontraran cientos de documentos confidenciales que habría sustraído ilegalmente de la Casa Blanca antes de concluir su mandato.
Entre otros se le imputan 31 delitos por retención de información de defensa nacional, tres más por guardar y ocultar papeles a los investigadores federales y otro por conspiración para obstruir a la justicia. Si bien el expresidente se declaró inocente de todos ellos y fue dejado en libertad sin restricción para movilizarse ni para participar en la próxima contienda presidencial, los cargos son graves y se espera un largo juicio antes de conocerse la sentencia en su contra o a su favor.
Nada de ello parece afectarle a quien es, sin duda, el exmandatario más polémico en la historia reciente de su Nación. Hay que recordar que Trump pasó de ser un empresario con cierto éxito, bastante provocador y que supo utilizar a su favor los medios de comunicación, a convertirse en el presidente número 45 de los Estados Unidos, montado en una campaña de insultos, en la que blandió la bandera del nacionalismo extremo.
Tampoco se puede olvidar el triste final de su paso por la Casa Blanca, cuando arengó a sus seguidores para que se tomaran la sede del Capitolio en Washington al desconocer los resultados de las elecciones que ganó Joe Biden. Los hechos violentos que dejaron varios muertos, heridos y destrozos en la sede del Congreso, lo llevaron a enfrentar un juicio político.
Ni los procesos judiciales o las demandas en su contra por delitos sexuales, en una de las cuales fue encontrado civilmente responsable, ni su discurso extremista, ni la polarización a la que ha llevado a su país, así como el daño que con ello le ha ocasionado a la democracia más consolidada del mundo, parecen menguar la imagen del exmandatario.
Por insólito que parezca hoy es el más fuerte aspirante a convertirse en el candidato de los Republicanos a la Presidencia, y son altas sus posibilidades de ocupar por segunda vez el máximo cargo en Washington. Propósito en el que puede ser impulsado incluso por el presidente Joe Biden, quien confirmó su intención de relanzarse para un segundo periodo. A Biden le pesan su edad, su falta de carisma y los múltiples tropiezos durante su mandato, lo que poco ayudaría que los Demócratas se mantengan en el poder por cuatro años más.
La carrera por la Presidencia de Estados Unidos apenas empieza. Habrá qué esperar al desarrollo de los procesos en contra de Trump para saber si le pasan factura a su aspiración o si el electorado se arriesga a tener de nuevo al mandatario más polémico y al único imputado y arrestado en toda su historia.