La cifra es alarmante: en Colombia van en este año 5887 muertos en siniestros de tránsito, según reportó Medicina Legal durante la conmemoración del Día Mundial de las Víctimas de Accidentes de Tráfico.
Es un número que debería preocupar y llamar a la reflexión porque la mayoría de los casos está relacionado con la desobediencia a las normas y las señales de las vías, o por conducir en estado de embriaguez.
Con el crecimiento de la venta de motocicletas, las facilidades que se dan para adquirirlas u obtener la licencia, es lógico que en el 76% de los accidentes estén involucrados esos vehículos, o que el Valle del Cauca sea con 691 casos, y después de Antioquia, el de mayor siniestralidad.
Cuando se ve un reporte como este hay que insistir en la necesidad de conducir con respeto a las reglas, que son las que evitan accidentes, muertes y lesiones de por vida.
El asunto no es solo de comprar y vender vehículos, si no de crear conciencia sobre la necesidad de usarlos con responsabilidad.
Mientras en Colombia quienes conducen continúen quebrantando las normas de tránsito, hechas para proteger la vida y la integridad de los ciudadanos, el número de accidentes seguirá creciendo y cada año habrá que lamentar miles y miles de muertos más.