La Hacienda Japio no puede seguir siendo vulnerada, es una obligación del Gobierno reconocerle su valor.
Ya se ha perdido la cuenta de las veces en que comunidades indígenas han intentado invadir esta finca de manera forzosa y violenta en los últimos 20 años, ocasionando un conflicto que empeora con el tiempo.
Una vez más, esta semana, 100 integrantes del grupo ‘Nietos de Quintín Lame’ ocasionaron daños materiales y atentaron contra dos de las familias que ahí laboran.
Luego de que las autoridades intentaran retirar a esta comunidad, en represalia, el grupo indígena incendió 110 hectáreas de la reserva forestal, registrada por Parques Naturales Nacionales de Colombia, que rodea al lugar.
Estas comunidades aseguran tener potestad sobre la hacienda, pese a que legalmente esta es una propiedad privada, que brinda oportunidades de trabajo para decenas de familias en el sector cañicultor. Además de ser un ícono de la época colonial y un espacio con enorme importancia histórica y ambiental en la región.
Sin embargo, las acciones del Gobierno Nacional y las autoridades para proteger a los dueños legítimos de estas propiedades se han quedado cortas, pues las quemas de maquinaria, insumos, vegetación, cultivos; las agresiones al personal y los daños a la infraestructura son constantes y no se detienen.
Ya es hora de que hechos ilegítimos como los que sucedieron esta semana no se ignoren, y por el contrario, se castiguen como lo demanda la ley.