El encierro de la Plaza de Cayzedo no es la solución a los problemas que presenta este emblemático lugar, que hace parte del patrimonio cultural e histórico de la ciudad y es un atractivo cultural.
En los últimos años, la principal plaza de Cali ha sido afectada por el consumo y tráfico de drogas, la prostitución, la proliferación de ventas ambulantes, las basuras y la inseguridad, lo que condujo a su deterioro.
Por eso, la Alcaldía decidió adelantar un proceso de intervención, que duró ocho meses y tuvo como finalidad la renovación de este bien cultural.
Aunque las obras se terminaron hace ya varias semanas, la Plaza de Cayzedo sigue sin abrirse al público, y ahora se conoce que la intención del Municipio es ponerle rejas, así como permitir el ingreso de visitantes apenas unas horas al día.
Es como si la decisión de mantenerla cerrada resolviera automáticamente los males que convergen ahí, cuando lo que puede suceder es que estos se agudicen y se trasladen a los alrededores de la plaza.
Lo que se necesita son acciones contundentes, que garanticen la tranquilidad en el centro histórico de Cali y arreglen esos problemas que son en primer lugar sociales.
La Plaza de Cayzedo, ha sido un lugar emblemático de la capital del Valle, construido hace tres siglos, y lo que se debe hacer es generar las condiciones para que sea un atractivo para el turismo y la cultura, donde los visitantes se sientan seguros y a gusto.