En un deporte como el fútbol, que invita a la cooperación y la convivencia, no debe haber espacio para la violencia.
Las amenazas a jugadores y directivos del Deportivo Cali, luego de que sus números personales se filtraran en las redes sociales, deben ser rechazadas por los hinchas, las autoridades y la comunidad en general.
Es inadmisible que los medios digitales se usen para promover el odio contra los deportistas, principalmente en un momento crítico de la competencia.
Ahora, el equipo debe lidiar con agresiones contra sus directivos, faltas de respeto hacia sus jugadores y comentarios ofensivos, que tienen incidencia sobre su estado de ánimo y su desempeño en la cancha.
Deben saber los hinchas que detrás de las figuras representativas del equipo, hay familias que se preocupan por la integridad de sus seres queridos.
Además, las autoridades tendrán que investigar y sancionar a los responsables del acoso contra el equipo, para así evitar que la situación escale.
Hay que recordar que en Colombia, son muchas las personas que han perdido la vida a causa de la violencia en el fútbol, por el color de una camiseta o por desacuerdos con los clubes.
La fiesta del fútbol se ha convertido en una tragedia, a causa de malas conductas, protagonizadas generalmente por algunos aficionados.
El deporte se debe disfrutar con alegría, teniendo presente que los resultados no están por encima de la vida.