Con el dinero que adeudan los infractores de tránsito en Cali, que suma casi un billón de pesos, se podría pagar la deuda que tiene el Municipio con los bancos, sin embargo, esta cifra no ingresa al erario del Municipio.

El hueco financiero que deja el incumplimiento de quienes infringen las normas de tránsito y, además, no responden por sus obligaciones, es desproporcionado.

Hasta el 30 de noviembre de 2023, apenas se había recuperado el 2,9 % del dinero de los comparendos por cámaras de foto-detección, que representan el 76 % del total de multas.

Entre enero y noviembre del año pasado, se recaudaron $18.025 millones, mientras, en los últimos 4 años, los pagos suman $ 106.500 millones, una suma baja con relación a la deuda que alcanza un billón de pesos.

Lo anterior da cuenta de la falta de gestión de las autoridades a la hora de recuperar un dinero que le hace falta al Municipio y debería ser destinado para la semaforización y la señalización, la pedagogía o la adecuación de la malla vial, entre otras necesidades de Cali.

Mientras ese cobro no se hace efectivo, miles de infractores siguen transitando en las calles ‘sin Dios ni ley’, imponiendo su voluntad, irrespetando las normas y acumulando multas sin recibir sanciones ejemplarizantes.

Las autoridades locales tienen la capacidad institucional para cobrar este dinero, y su obligación es hacerlo.

No se debe permitir que los infractores se burlen de las normas que rigen la sociedad; la autoridad debe primar.