La Plaza de Cayzedo recobró su libertad, y esta Semana Santa, es la oportunidad perfecta para que propios y visitantes disfruten de uno de los sitios más emblemáticos de Cali.

La brisa, el revuelo de las palomas y la infraestructura que envuelve a esta plaza, son razones suficientes para conectar, desde ahí, con la cultura caleña.

Asimismo, la apertura de este espacio público da pie a mejorar la visión tergiversada que se tiene sobre el centro, una zona que recoge valiosas tradiciones.

Desde hace diez meses este icónico lugar estaba cerrado pese a que los arreglos que se le realizaban habían finalizado, pero ahora es el momento ideal para apropiarse y disfrutar de este símbolo de la ciudad.

Con el fin de que la tranquilidad impere en la Plaza de Cayzedo, desde la Administración local se han impuesto algunas prohibiciones, como el consumo de sustancias alucinógenas, de licor, las ventas ambulantes informales, y el empleo de dispositivos que emitan ruido.

Sin embargo, también es tarea de los visitantes que este lugar se mantenga en óptimas condiciones, por ello, no se deben arrojar basuras en el espacio público, hay que preservar el mobiliario y se deben respetar las normas de convivencia.

Hacer buen uso de los espacios de la ciudad habla bien de quienes hacen parte de ella. Para recuperar el civismo es fundamental el aporte de cada uno de nosotros y así embellecer a Cali.