El reloj legislativo empezó a andar para el cierre de este periodo de sesiones ordinarias, que será el 20 de junio, y con él las cuentas para que el Gobierno Petro sepa qué le podrán aprobar, cuáles proyectos deberá aplazar algunos meses para que tengan luz verde y los que se hundirán.
Esas cuentas, hasta hace menos de un mes estaban muy claras: la amplia coalición que tenía el oficialismo en ese momento era la mejor garantía para que pasara casi que todo el paquete legislativo del Ejecutivo. Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar cuando mejor le estaba yendo en ese sentido al Presidente de la República.
El primer campanazo se dio cuando recién arrancó el periodo de sesiones, en marzo pasado, y la reforma política se hundió: un acto legislativo con el que el Gobierno esperaba hacer profundos cambios en la actividad electoral del país, pero que, ante las modificaciones que tuvo, terminó con varios ‘micos’ y, a la postre, se archivó.
Luego vino el detonante para que la fortaleza de la coalición se debilitara: la reforma a la salud. Un proyecto de ley que hace parte de las llamadas reformas sociales de la Administración del Cambio, pero que llevó a que, recién comenzando mayo, se saliera del oficialismo uno de sus socios: el Partido Conservador.
Ante esa nueva realidad, el Mandatario hizo un reajuste en su gabinete y varias entidades del Alto Gobierno y salieron los representantes del liberalismo, el conservatismo y la U. Si bien los ‘azules’ se fueron, los ‘rojos’ y la U aún no toman una decisión al respecto.
Estando así el panorama político de la coalición, a cinco semanas de terminar el periodo de sesiones la suerte de los proyectos de ley y las reformas constitucionales es casi que distinta en cada caso. En unos podrá imperar la coalición, en otros se verá muy debilitada, pero pasarán y otras iniciativas del Ejecutivo se podrían hundir o, en el mejor de los casos, buscar su aplazamiento para que sigan el trámite en la próxima legislatura.
Así están las cosas
De aquí al 20 de junio, las reformas constitucionales son las que parecerían tener el camino más despejado para ser aprobadas y entrar en vigencia antes de finalizar el primer semestre del año.
La más adelantada es la que reconoce al campesinado como sujeto de especial protección constitucional. Los actos legislativos no pueden ser votados en sesiones extras, de ahí que el tiempo está casi que contado para su trámite final.
Esa reforma ya fue aprobada en su sexto debate en la plenaria del Senado al cierre de abril, de manera que le faltan dos debates en la Cámara de Representantes, en donde deberá ser estudiada primero por la Comisión Primera y luego pasar a la plenaria.
La iniciativa podrá ser aprobada por las mayorías de esa corporación, incluyendo a los partidos independientes y a la oposición.
Otro proyecto de reforma constitucional que tiene buen ambiente es la Jurisdicción Agraria y Rural, que avala que haya jueces en los territorios que resuelvan de manera pronta los conflictos de tierras. Fue aprobada por todos los partidos con asiento en la plenaria de la Cámara de Representantes y ahora deberá ir al Senado para sus dos debates finales.
En sexto debate también se avaló el acto legislativo que aprueba el uso del cannabis para fines recreativos, que fue respaldado en la plenaria de la Cámara con 98 votos a favor y 54 en contra.
Esa reforma, que llegará al Senado a los dos últimos debates, es rechazada por el Centro Democrático, el Partido Conservador y parte de la bancada de Cambio Radical, por lo que su votación en el Senado podría estar muy justa.
El otro proyecto, que fue votado de manera positiva y con más de 80 respaldos en la plenaria del Senado, es el que dispone que el periodo de sesiones legislativas del inicio de año comenzará el 16 de febrero y no el 16 de marzo, como ocurre actualmente.
De esta reforma se da casi por descontado que será una realidad, por cuanto en la Cámara de Representantes también es acompañada por todos los partidos, incluidos los de la oposición y los independientes.
Las reformas sociales
Tres proyectos claves tienen un futuro incierto, debido a los tiempos para el cierre de las sesiones ordinarias, por lo que deberían discutirse en extras para lograr su votación. No obstante, por lo complejos que son, no sería fácil que ninguno cumpla sus cuatro debates y se convierta en ley.
En el caso de la reforma a la salud, que está en la Comisión Séptima de la Cámara, su votación sigue siendo incierta, porque es la iniciativa que ha centrado la mayor polémica.
Por el momento es claro que los partidos Centro Democrático y Cambio Radical la votarán en contra, mientras que los conservadores dicen que también la rechazarán, pero dejaron abierta la posibilidad de que, si se logran los cambios pedidos, la avalen.
Lo mismo pasa con el liberalismo y la U y, si estos tres partidos votan negativo, el proyecto se hunde. En todo caso, la reforma a la salud, de ser avalada en la Cámara, tendrá sus dos últimos debates después de julio.
Asimismo, la reforma pensional, que ya inició su etapa de audiencias en la Comisión VII del Senado, no tiene mayorías amplias para ser aprobada. Es decir, la coalición podría flaquear y, de no hundirse, solo llegaría hasta la plenaria de esa corporación y no arribaría a la Cámara hasta julio.
A su vez, la reforma laboral es la que más complejo tiene su trámite, porque está en la Comisión VII de la Cámara, la cual le está dando prioridad a la discusión de la de la salud y se estima que al menos una semana más estará en estudio.
Esa iniciativa, de no aplazarse para el próximo periodo de sesiones, tan solo alcanzaría su primera votación, pero no llegaría a la plenaria de la Cámara.
Los demás proyectos
La adición presupuestal por más de $25 billones que tramita el Ejecutivo estaba quieta porque se le dio prioridad al Plan Nacional de Desarrollo, pero su aprobación también es casi una realidad.
Lo anterior, debido a que está en discusión en las comisiones económicas, en donde se votaría la próxima semana. Para esta ley sí funcionaría la antigua coalición de Gobierno y sería aprobada por amplias mayorías, de manera que no se requeriría discutirla en extras.
No corre la misma suerte el proyecto de sometimiento a la justicia, que se deberá aprobar en la Comisión Primera del Senado, en donde aún no hay ponencia, pero además no tiene un respaldo claro de la coalición.
Los partidos tradicionales le han hecho muchos reparos, sumado a que desde la oposición se considera que el texto, como está, busca favorecer a los narcotraficantes.
Sin embargo, la ley de humanización carcelaria, al parecer lograría luz verde. Su discusión tiene mensaje de urgencia y ya tiene ponencia. En el Senado ya se anunció, pero todavía falta que haga curso en la Cámara.
El estudio definitivo estaría en la última semana de mayo, lo cual le permitiría que antes del cierre de sesiones ordinarias sea aprobada. Con los cambios hechos al proyecto, tendría un apoyo amplio, incluso de sectores de la oposición.
Código Electoral
Este proyecto, que ha sido muy controversial, en especial porque algunos sectores de los partidos de Gobierno lo rechazan, está para su discusión en la plenaria del Senado en segundo debate, en donde se espera sea aprobado antes del 20 de mayo. Solo alcanzaría a ser votada en esa corporación y deberá esperar hasta julio para seguir su trámite en la Cámara.