El sorpresivo fallecimiento de la política antioqueña Piedad Córdoba sacudió al país; sin embargo, hizo que casi se olvidara la excéntrica Finca Hotel Agroecológica Ari Ari, propiedad de la entonces senadora Piedad Córdoba.
SEMANA fue hasta Puerto Lleras, Meta, para visitar la propiedad de Piedad Córdoba, la cual está siendo analizada por la Corte Suprema de Justicia, ya que, las extensiones de sabana, presuntamente, fueron compradas con dineros resultantes de los negocios entre la excongresista y Álex Saab, señalado testaferro de Nicolás Maduro. A pesar de estas presuntas irregularidades, la propiedad sigue en poder de la familia de la exsenadora.
Aunque Córdoba quiso pavimentar la vía que lleva de Puerto Lleras a la vereda La Tigrera, no pudo hacerlo, puesto que falleció. La propiedad es la más lujosa de la zona; según SEMANA, es un “paraje excéntrico en medio de grandes extensiones de pasto y algunos árboles aptos para los 38 grados centígrados. A primera vista se ven amplias casas con techos de zinc rojo, adornadas con palmeras botella de 20 y 30 metros que bailotean por el fuerte viento de la zona”.
Por el momento la obra está inconclusa, sin embargo, existen animales exóticos, atractivos de la finca agroturística que se crían y se venden como negocio, además, eran uno de los sustentos económicos de la política antioqueña.
“Metros más adelante, un cultivo de heliconias de diversos colores, palmas arecas rojas y un jardín tupido de hojas moradas embellecen los alrededores de la finca. Todas se plantaron por recomendación de Córdoba. La entrada principal es imponente. Un portón en madera fina, con dos palmas de gran tamaño a lado y lado, y cubierto por tejas de barro, confirman el ingreso a Ari Ari. La entrada está cerrada y asegurada con candado”, aseguraron en SEMANA.
Los amigos más cercanos a la exsenadora siguen sin entender cómo fue que Piedad terminó en La Tigrera, dedicando sus esfuerzos a arreglar e impulsar una finca en la sabana de los llanos orientales. “Ella era una mujer de lujos, excentricidades y buena vida”, expresaron a SEMANA, es por ello que cuando no estaba en el elegante apartamento en la avenida 26, en la capital, habitaba en su casa en Medellín.
“Odiaba las fincas, los mosquitos, le gustaba vivir bien. Era una mujer de buena vida, con aire acondicionado. De hecho, estuvo más del 40 por ciento de su vida en un carro blindado, en buenos restaurantes, todo se lo hacían. Ella jamás fue de fincas”, le dijo a SEMANA uno de sus más cercanos amigos.
Según la misma Piedad le contó a algunos de sus conocidos, compró la finca con la indemnización que recibió luego de su salida del Congreso por la destitución del exprocurador Alejandro Ordóñez. A pesar de ello, la Corte Suprema de Justicia acosaba los bienes porque consideró que podrían, eventualmente, provenir de Álex Saab.